Han pasado casi 48 años del surgimiento del Movimiento Antorchista Nacional, que desde entonces ha encabezado las demandas más apremiantes de los sectores vulnerables de la ciudad y el campo dentro del marco legal. Con esta premisa, desde entonces, los antorchistas hemos expuesto, en los tres niveles de gobierno, el sentir de miles de mexicanos que han sido marginados de los programas oficiales o han esperado años sin atención a sus necesidades básicas como servicios públicos de electrificación, agua entubada, drenaje o pavimentación.
La tarea no ha sido sencilla, los enemigos de la organización popular han desarrollado campañas de desprestigio en contra de la comunidad antorchista, a través de los medios de comunicación, tampoco han dudado en la agresión física ocasionando la muerte de varios destacados antorchistas a manos de los grupos caciquiles acostumbrados a mandar y a que se les obedezca; también hemos padecido la represión del Estado mexicano que se ha puesto del lado de los grupos de poder para mantener al pueblo en la pobreza y la ignorancia.
Lo anterior, es muy importante porque los antorchistas defendemos los derechos de petición y libre asociación, cumpliendo todos los requisitos legales que las instituciones señalan; siempre buscamos privilegiar el diálogo para que se encuentren alternativas de solución, pero en donde nos hemos encontrado con negativas, o incluso con agresiones de los funcionarios, el camino es claro, nos hemos dispuesto a dar la batalla porque nos asiste la razón y el derecho.
Como producto de la labor de gestoría, hay comunidades y regiones de todo México donde se encuentran instaladas diversas obras de agua potable, drenaje sanitario, canchas, domos en escuelas, calles y carreteras pavimentadas. Con estas acciones se ha demostrado que el pueblo organizado es un impulsor del desarrollo del país, y los zacatecanos, específicamente en municipios como Guadalupe, Fresnillo, Trancoso, Jalpa, Vetagrande y Pánuco, han reconocido la labor emprendida por Antorcha para acercar acciones que han cambiado la vida de los pobladores.
Así que los intentos por desaparecer la organización popular y al Movimiento Antorchista no han dado resultado. Hoy, a lo largo y ancho de la patria, continuamos encabezando a los menesterosos a pesar de los intentos del presidente de México por acabar con la organización social. A diferencia del pasado, esta tarea la ha encabezado el propio Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con él ya no es como antes, cuando él trabajo sucio se encargaba a otros; el de la 4T ha instrumentado todos los ataques al pueblo organizado con el aparato de gobierno federal y, en más de 120 ocasiones, se ha referido en contra de Antorcha desde la máxima tribuna del gobierno que en campaña prometió respetar a la diversidad de expresiones políticas y de ideologías.
Por otra parte, las tareas que se propuso Antorcha son las de alfabetizar, educar y politizar al pueblo para evitar que sea fácilmente manipulado y engañado, sostengo que urge que la gente sea analítica, crítica y propositiva ante el actuar gubernamental y los problemas que le compete resolver. El presidente López Obrador dice que el origen de los problemas es la corrupción, por lo que, desde campaña, se enfocó en acusar a todos los políticos y gobiernos del pasado así como a los de la reciente oposición, pero todo ha empeorado en los cuatro años de transformación.
Los antorchistas sostenemos que la causa profunda de la pobreza es la mala distribución de la riqueza social, derivado de eso, nos hemos mantenido al lado de los trabajadores explicándoles esta verdad para convencerlos de organizarse y dar la lucha ante la explotación desmedida y el miserable salario pagado por su fuerza de trabajo.
A la llegada de AMLO, en 2018, de los 150 programas sociales que había 93 eran considerados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) como que sí contribuyeron a reducir la pobreza, entre ellos se encuentran el de Apoyo a la Vivienda, operado por Sedatu; el de Atención a Jornaleros Agrícolas, de Bienestar; el de Empleo Temporal, de Bienestar, SCT y Semarnat; el de Comedores Comunitarios o el de Apoyo a la Vivienda de Sedatu, además del Ramo 23 para atender la infraestructura en estados y municipios, sin brindar una alternativa mejor; y esos recursos económicos ahora se van a programas electoreros como las becas del bienestar.
No se trata de que todos seamos científicos, para eso hay gente que se especializa en alguna rama de la ciencia; pero sí tenemos la obligación de generar en la sociedad una cultura que se centre en el pensamiento crítico. Con esto, la gente puede analizar los fenómenos sociales y naturales y evitar ser manipulada tan fácilmente en favor de Morena.
Por eso debemos analizar la realidad política del país, nosotros no debemos ser cómplices de los excesos de Morena, al contrario, debemos denunciar que a cambio de las becas, el país se va a pique por el desempleo, la pobreza e inseguridad aunque se afirme lo contrario. Así que nos toca contribuir para lograr un cambio social favorable para todos los mexicanos. Trabajemos para lograrlo.
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