“Aquí, quienes vamos a decidir qué va a pasar con Kanasín, es la gente de Kanasín, y los que vamos a decidir qué va a pasar con Yucatán, es la gente de Yucatán”, dijo Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán, el pasado 4 de mayo, en un evento organizado para la entrega de apoyos.
A partir del 10 de mayo comenzó una gira por Europa para atraer inversionistas a la peninsula, para que vinieran las empresas extranjeras a invertir, y despojar no solo de sus recursos naturales al estado, sino también a pagar, con sus salarios de hambre, a los yucatecos.
O se los dijo a los empresarios yucatecos, que pertenecen al club libanés y que viven en el estado, a los que año con año les agradece los millones de pesos invertidos en obras como la planta de generación de electricidad Mérida 4 de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el gasoducto Cuxtal Fase 2; a ese club del cual es participe el abuelo de su esposa, William Abraham Dáguer, distinguido miembro de la comunidad sirio-libanesa en Yucatán.
“Vamos a decidir en Yucatán, los yucatecos”, decía el gobernador, mientras estrechaba la manos de empresarios quintanaroenses del grupo Xcaret para entregarle los cenotes de Valladolid, y permitirles la construcción, demolición e inversión en la zona oriente del estado.
“Vamos a decidir los yucatecos”, remarcó al aceptar el berrinche del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y comenzará la construcción del Tren Maya, a la que durante años los yucatecos han dicho, no.
“Vamos a decidir los yucatecos”, insistía el gobernador, en mayo, porque ya había firmado desde 2021 la inversión de un estadio sostenible para la capital yucateca, por millones de pesos, con aquel empresario de Monterrey, César Esparza Portillo.
Si, los que van a decidir son los yucatecos, dice el gobernador, nacido en la Ciudad de México; el gobernador que no invierte en los campesinos o los artesanos, sino que invierte sus acciones en empresas como Subway o Sushi Itto; el gobernador que quiere tanto a Yucatán y a su gente y que tiene sumida a más de la mitad de la población en la pobreza.
¿Y entonces cuáles yucatecos van a decidir, señor gobernador? ¿Los que tienen dinero? ¿Los que puedan invertir millonarias cantidades? ¿Cuales tienen el honor de recibir la presencia del gobernador en sus casas o en sus clubes? ¿Cuáles yucatecos tienen el honor de recibir la presencia de Mauricio Vila Dosal en sus comunidades o colonias? Porque desde hace más de cuatros años no se había recibido su presencia en Kanasín, y no se hable de otras comunidades más pobres o donde no gobierna el Partido Acción Nacional (PAN), pero nadie vaya a dudar de que el gobernador ama a los yucatecos.
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