Se hizo famosa la frase del presidente: "yo tengo otros datos", para señalar que sus apreciaciones estaban por encima de los datos oficiales otorgados por los órganos autónomos como el Inegi y desestimar las cosas si no le favorecían. Pues bien, para fortuna de los mexicanos la realidad es más necia que cualquiera de nosotros y nos pone en nuestro lugar; es decir, podrán ser nuestras apreciaciones las que queramos, pero la realidad se impone pese a dichas apreciaciones. Por poner un ejemplo, en el modelo tolemaico del sistema solar, la tierra era el centro del universo; sin embargo, Copérnico vino a demostrar lo contrario en un avance de la ciencia, al poner al sol como el centro del sistema. Otro ejemplo relacionado es el que tiene que ver con Galileo, el cual sostenía que la tierra se movía lo cual provocó la ira de la Santa Inquisición que le exigió se arrepintiera de sus dichos y como Galileo amaba su vida, dijo ante el tribunal estar en un error, pero al salir, dice la leyenda, dando un par de golpecitos en el suelo, señalo: "y, sin embargo, se mueve”. El resultado de su arrepentimiento fue una especie de arresto domiciliario y la prohibición de publicar más obras, pero así de injusta es la humanidad para quienes son revolucionarios en cada época.
Así pues, el presidente dijo que el coronavirus se combatía mediante un "detente” que él traía en su cartera; que el cubrebocas no servía para protegerse del virus; que la honestidad reducía la carga viral y que la fuerza moral era suficiente para no contagiarse; sin embargo, pese a esa desinformación, el resultado es que se contagió el presidente pese a sus detentes. Hay quienes dicen que no es cierto que se haya contagiado, pues todos afirman que las primeras vacunas suministradas en este país fueron al propio presidente, de lo cual se deducen dos cosas: si es cierto que se vacunó el presidente y se contagió, eso quiere decir que la vacuna no sirve; segundo, que si se vacunó y la vacuna sí sirvió, entonces, por alguna razón que no sabemos, se le está mintiendo al pueblo de México y se usa de pretexto el coronavirus, cuando puede estar pasando otra cosa más grave. Pero, como el anuncio oficial es que se contagió de coronavirus, entonces, la primera opción prevalece y destruye todos los "remedios” (detente, fuerza moral, honestidad, no uso del cubre bocas) que presagió como "buenos remedios” para esta grave enfermedad.
Y hablando de datos, dos temas quiero abordar, primero los datos de las defunciones de enero a agosto en los últimos 10 años que nos dan luz de lo que ahora está sucediendo. La cifra oficial de muertes por covid de enero a agosto de 2020 es de 108 mil 658 casos. Las muertes por covid ocupan la segunda causa de muerte entre los mexicanos en el año 2020 (la primera, enfermedades del corazón), ahora bien, veamos el comportamiento de los datos a lo largo de los años y los incrementos entre año y año para ver lo que sucede en 2020.
En el 2011 hubo un total de 395 mil 896 muertes de enero a agosto; en 2012, 400 mil 606; es decir, 4,710 muertes más, un incremento del 1.18%; para el 2013, hubo 414 mil 772 muertes; es decir, un incremento respecto al mismo periodo del año anterior de 14 mil 168 muertes más, un incremento del 3.5%; para 2014, 420 mil 598 muertes, es decir, 5 mil 828 muertes, 1.4%; para 2015, 438 mil 158 muertes, es decir, 17 mil 560 muertes más, 4.14%; para el año 2016, 464mil 193 muertes, es decir, 26 mil 039 muertes más, 5.9%; para el año 2017, 467 mil 264 muertes, es decir, 3 mil 71 muertes más, 0.66% de incremento; para el 2018 las muertes en el mismo periodo (enero-agosto) se ubicaron 480 mil 721 muertes, es decir, 13 mil 457 muertes más, 2.8% más; para el 2019, hubo 499 mil 784 muertes, es decir, 19 mil 63 muertes más, 3.9%. Ahora viene el dato crucial de enero a agosto de 2020, en ese lapso hubo 683 mil 823 muertes; es decir, 184 mil 39 muertes más que el mismo periodo del año 2019, o sea, un incremento del 36.82%. Ahora bien, teniendo en cuenta estos datos, la mediana, es decir, la medida de tendencia central que por su naturaleza no se ve afectada por los datos extremos (como sí sucede con la media), de las muertes entre enero y agosto de 2011 a 2019 fue de 13 mil 812 muertes. Restando esta suma a las 184 mil 39 muertes de enero a agosto de 2020, nos da: 170 mil 227 muertes por covid; es decir, 61 mil 569 casos no contabilizados por el gobierno, es decir, 56.66% más de los que el gobierno toma en cuenta. Sólo los casos no contabilizados representan el escenario "catastrófico” al que se refirió López-Gatell, por tanto, el manejo de esta pandemia por este gobierno morenista es un desastre.
Si a esto agregamos el hecho de que no hay una campaña nacional de vacunación segura, que vacuna a los operadores políticos de Morena, los "servidores de la nación", en vez del personal médico que está en la primera línea de combate. En este contexto, que el gobierno "autoriza” comprar la vacuna a estados, municipios y empresas privadas a sabiendas de que no hay vacunas, todo ello es un desatino. Es, pues, un desastre al manejo de esta pandemia por parte de la 4ª T.
Pero si creíamos que ya estábamos domando la pandemia, como tantas veces lo aseguró el presidente, la cosa va a empeorar significativamente en los próximos meses y de ahí viene el segundo tema que quiero abordar. El manejo económico por parte del Gobierno de Morena es desastroso, pero esencialmente ha operado para proteger a los poderosos, pues en los últimos nueve meses ya se recuperaron las fortunas de los ricos en México; sin embargo, no sucede lo mismo con los más pobres de los cuales más de 20 millones han perdido sus empleos y, finalmente, 10 millones más cayeron a la pobreza. Esa es la realidad.
En conclusión, los datos del gobierno morenista son falsos, tienden a manipular a las masas, mienten y con ello le hacen un gran daño a la nación. Ello vuelve a demostrar que la opción para México no es Morena y que se abre una primera oportunidad para corregir el rumbo, aunque, como hemos dicho, la solución de fondo consiste en que el pueblo, educado y organizado, tome el poder político de México por la vía democrática y haga de esta patria una más justa y mejor, pensando en el mexicano como ser humano y no como instrumento que se compra para la votación.
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