Cada fin de año vemos circular en las redes sociales memes acerca de la herencia de la familia, en específico del terreno de la abuela, en el que viven en hacinamiento más de dos generaciones de una familia. En los memes se observa la sátira de la lucha encarnizada por heredar la casa de la persona que la posee, que, en la mayoría de los casos, es la abuela.
La escena de una riña familiar por el terreno de la abuela se observa de manera graciosa en las redes sociales, pero en la realidad, pinta demasiado escalofriante, pues nos hace ver que una gran parte de las familias mexicanas carecen de recursos para disfrutar de una vivienda digna y decorosa, como lo estipula el artículo 4 constitucional, en el cual también dice que la ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios para alcanzar dicho objetivo.
Sin embargo, de acuerdo con la Encuestan Nacional de Vivienda 2020 (ENVI), realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los datos no son nada favorecedores. Analicemos los resultados de esta encuesta.
La encuesta fue realizada en 55 mil 147 viviendas, que, según esta muestra, representa a un total de 35.3 millones de viviendas, lo cual nos dice que cerca del 0.1 por ciento de las viviendas fueron encuestadas; de los resultados relevantes, podemos decir que:
A) se observa que la necesidad de viviendas en México es de aproximadamente 8.2 millones, eso equivale a proporcionar hogar a cerca de 29.5 millones de personas; a simple calculo, estaríamos hablando de que, aproximadamente, el 23 por ciento de la población no cuenta con vivienda, y para adquirir una, al menos 56.8 por ciento de la población recurrirá a préstamos informales o recursos propios; asimismo, el 37.8 por ciento acudirá a Infonavit, y solo 12.2 por ciento acudirá a pedir crédito a una institución privada.
Lo que esta encuesta no aclara es cuántas familias viven en cada vivienda, pues en México el 38.4 por ciento de la población viven en hacinamiento, lo que le decía al inicio, estimado lector, en una vivienda pueden vivir hasta tres generaciones.
B) Que el 24.6 por ciento de viviendas tienen más de 31 años de haber sido construidas. Las casas más recientes son de 5 años o menos.
C)El 41.3 por ciento de las viviendas en México miden de 56 a 100 metros cuadrados. Imagínense a varías familias viviendo en una casa con dimensiones pequeñas, y con problemas de filtraciones o cuarteaduras, producto de la falta de mantenimiento de esta.
D) La gente renta porque más la mitad de la población no tiene acceso a hipotecas. 51.4 por ciento no tiene acceso a crédito; por otro lado, 16.4 por ciento de la población renta alguna vivienda, y 61.4 por ciento de la población tiene casa propia pagada.
E) falta un programa de escrituración masivo en México. De 23.9 viviendas en México propias, solamente 17.4 millones cuentan con escrituras. En localidades rurales, solamente se llega a un porcentaje de cobertura de 59.4 por ciento.
F) Los mexicanos autofinancian sus casas. En cuanto a fuente de financiamiento, 65.4 por ciento de la población hizo su casa con recursos propios; 18 por ciento a través de Infonavit; y solo 9.1 por ciento fue a través de institución financiera privada.
¿Qué podemos decir de estos datos?
A simple vista la idea de vivienda suena genial, y el hecho de que se diga que se necesitan 8.2 millones de casas para poder satisfacer la demanda de los mexicanos, no suena tan malo; sin embargo, vayamos viendo nuestra situación, ni como adultos, ni como jóvenes el futuro pinta prometedor respecto a tener una vivienda digna y decorosa. Basta con saber que las modificaciones a la ley de vivienda, ni son incluyentes, ni soy efectivas en su totalidad y que esa ley, en lo mínimo se acera a satisfacer la necesidad de vivienda de más del 20 por ciento de la población en México. Esta reforma, avienta a Infonavit como herramienta principal para dar solución al problema, pero ese instituto es ha mostrado su ineficiencia ante tal tarea.
Para nadie es un secreto que este derecho está todavía sin cumplirse, y que muchos de los gobiernos no atienden siquiera la necesidad, sino que acrecentar el número de necesitados.
En conclusión, no existe un programa de vivienda popular que garantice que todas las familias cuenten con un techo digno y decoroso, demanda que ha impulsado el Movimiento Antorchista y por eso ha exigido se construya desde las bases, para que así, el derecho estipulado en la constitución se cumpla y las familias puedan vivir dignamente.
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