En la introducción de su libro ¿Qué es la sociedad?, la socióloga Martha Harnecker nos dice: Las revoluciones sociales no las hacen los individuos, las "personalidades", por muy brillantes o heroicas que ellas sean.Las revoluciones sociales las hacen las masas populares.Sin la participación de las grandes masas no hay revolución.Significa que, las grandes transformaciones que han tenido lugar a lo largo de la historia de la humanidad, son tan solo el resultado de la participación decidida de los pueblos, siempre acompañados y aconsejados por los mejores elementos que nacen de sus entrañas.Partiendo de esta tesis comprobada e irrefutable,conviene saber qué papel le corresponde jugar al maestro en el contexto actual de nuestro país.
Pensar que al maestro solo le compete la noble e importante tarea de transmitir adecuadamente los saberes científicos, artísticos, deportivos y tecnológicos, y desarrollar a través de dichos conocimientos todas las capacidades de los educandos, es ver la función del docente en términos simplistas; pero, además es negar la naturaleza misma de su profesión-que en esencia es transformar a los educandos- y, al mismo tiempo significa echar al olvido el importantísimo papel que han jugado los docentes en los procesos de cambio en nuestro país.
Durante los años convulsos de la revolución mexicana, el sector intelectual que tuvo una participación activa en el movimiento revolucionario fue precisamente, el magisterial; la cercanía de los maestros con el pueblo explica su participación decidida en cada una de sus luchas durante ese periodo.En el sur, en la figura de Otilio Montaño encontramos al maestro rural que se encargó de escribir las principales partes del Plan de Ayala de Emiliano Zapata, plan que enarbolaba las demandas más sentidas de los campesinos humildes; los maestros del norte del país; Esteban Baca Calderón y Librado Rivera mano derecha de Ricardo Flores Magón mientras estaba en el exilio,impulsores del Partido Liberal Mexicano junto con los hermanos Flores Magón- que en su programa reivindican los derechos de los trabajadores, derechos que luego quedaran plasmados en la constitución de 1917; en la persona del tamaulipeco Alberto Carrera Torres maestro formado en la Escuela Normal de Tula,encontramos al defensor de los campesinos que buscaba, a través de los medios legales y por la vía recta, gestionar a todo trance la devolución de los ejidos a los pueblos y la repartición de terrenos a los que carecieran de ellos.Estos, son solo unos cuantos ejemplos de la participación de aquellos maestros que se han puesto a la cabeza de sus pueblos para juntos luchar por los derechos de los trabajadores, los campesinos, las amas de casa, los estudiantes, etc.
Las condiciones actuales reclaman que el magisterio nacional juegue el papel histórico que les corresponde, pues así como durante el porfiriato el pueblo al que también pertenecen los maestros y todos los profesionistas en general- era objeto de múltiples vejaciones, ahora con el gobierno de López Obrador sucede lo mismo, pues desde su llegada, la llamada "cuarta transformación" ha violado los derechos de los mexicanos al privarlos de empleos y salarios dignos, de acceso a la salud, de vivienda digna.
Los morenistas han privado a los mexicanos de su derecho a una vida mejor al desaparecer programas como las guarderías, las escuelas de tiempo completo, el apoyo a la educación indígena.El gobierno de López Obrador pisotea los derechos de los maestros al desaparecer el presupuesto que servía para formar a nuevos docentes y para capacitar permanentemente a los que hoy están en servicio, y lo más preocupante es que el gobierno de AMLO, a través de la UIF convertida en el moderno "Santo Oficio", se ha dedicado a perseguir a todos aquellos que se atrevan a contravenir las decisiones presidenciales y, para todos aquellos que critiquen sus malas decisiones, cárcel y el garrote.En síntesis, estamos frente a un gobierno torpe y despótico al que no le interesa valerse de todos los medios a su alcance con tal de mantenerse en el poder para seguir salvaguardando los intereses de los poderosos.
Con sus lerdas decisiones en materia económica, social y educativa, López Obrador y Morena han sumido a los mexicanos en una crisis que promete tener tintes catastróficos.Es por ello que una de las tareas más urgentes es que el pueblo trabajador se eduque políticamente y se organice, para que así reconozca que está en sus manos llevar a México por la senda del progreso, para que el pueblo identifique que se puede hacer de México una patria libre de la miseria, y en estas tareas, los maestros jugarán un papel fundamental.Seguro estoy de que así será.
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