El estado de Hidalgo, ubicado cerca de la Ciudad de México, capital del país, tiene riquezas naturales, culturales e históricas importantes a nivel nacional; quien haya tenido oportunidad de conocer un poquito de esa entidad ha sido testigo de lo anteriormente dicho.
Pero dentro de las bellezas que enriquecen el territorio de Hidalgo está también la realidad que vive la sociedad: es un estado con niveles de pobreza y pobreza extrema que aquejan a sus habitantes; los servicios básicos no se cumplen para las mayorías; agua potable, energía eléctrica, drenaje, educación, falta en las colonias cercanas a la capital y se va agravando conforme las comunidades se alejan del centro.
El daño que sus gobernantes causan a la ciudadanía es grave, pues mientras la constitución mexicana dice que los mexicanos tenemos derecho a vivienda digna y decorosa, educación laica y gratuita, por mencionar algunas, en los hechos, el gobierno no cumple con tales leyes que son, además de importantes, necesarias y de vida o muerte para la mayoría del pueblo trabajador.
En este contexto se enmarca que el pueblo, cansado, agobiado por sus necesidades y la falta de atención y solución a sus problemas, decida buscar cobijo y se organice en las filas del Movimiento Antorchista, en donde se ha escuchado y ha buscado una salida a las dificultades que enfrenta el pueblo. Así se explica la lucha del pueblo hidalguense dentro de las filas de Antorcha y apoyado por quienes conformamos esta organización a nivel nacional.
Pues bien, ante esta lucha, y para evitar callar las voces del pueblo, se ha tomado como preso político al ciudadano Domingo Ortega Butrón, para así evitar que se siga luchando en nombre de los más necesitados. Pero los antorchistas y los hombres y mujeres de bien que sabemos hay millones en este país, defenderemos siempre la libertad que tenemos para luchar, organizarnos, manifestando siempre que la ley está de nuestro lado, porque así es.
A través de mi humilde voz, y en nombre de miles de nayaritas organizados en antorcha, exijo que se libere a Domingo Ortega Butrón, pues su único delito ha sido luchar y defender a sus hermanos de clase.
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