Hablar de la Huasteca hidalguense es hacer referencia a emblemáticos paisajes; frondosos árboles que se ubican a la orilla del camino, de pronto es un riachuelo que atraviesa el pavimento, el sonido que provoca el agua de una casacada al chocar con las rocas; es la bocanada de aire fresco, de paz, de vida. Sin embargo, la región Huasteca también tiene otro rostro: uno lastimoso, de hambre, de miseria; de miradas que reflejan un alma enlutada, de pies agrietados por el andar de una población que sólo busca empleo y mejores oportunidades y cada noche duerme con la incertidumbre de saber si tendrá algo que comer al día siguiente.
En una zona que cautiva por su riqueza natural, pero que lastima el alma por la miseria que vive su población, el Movimiento Antorchista llegó a la zona hace diez años para revertir en panorama y ofrecer una verdadera solución para que la población transforme las condiciones en las que vive.
Pese a las amenazas, el encarcelamiento a los dirigentes antorchistas de la zona, e incluso asesinatos, orquestados no sólo por los caciques de las comunidades, sino por las manos más poderosas en diferentes niveles del poder, que buscaron intimidar el trabajo de la organización; el antorchismo durante estos años ha librado importantes batallas de la mano de la población.
La dirección, visión y creatividad de Evelia Bautista Gómez y Selene Manzano Barrientos, el trabajo de un aguerrido equipo y sobre todo, la convicción de luchar en beneficio de los que menos tienen; han sabido conducir el destino de más de 20 mil familias indígenas de la región Huasteca.
Tan sólo, en el último año, Antorcha logró obras, acciones y servicios por más de 220 millones de pesos; "luz eléctrica en 12 comunidades de la región, pavimentación de 42 kilómetros de caminos, decenas de drenajes, introducción de 5 sistemas de agua potable, edificación de 2 puentes peatonales, dotación de 8 mil 500 acciones para el Mejoramiento a la Vivienda, así como la entrega de despensas y apoyos de maíz a 8 mil 120 familias.
El millonario recurso supera, y por mucho, la inversión que en el último año cualquiera de las presidencias municipales de la zona destinaron a mejorar las condiciones de vida en la que viven sus gobernados.
Lo anterior es la comprobación de dos cosas; la primera, que quienes ostentan un cargo público al frente de un municipio viven aparentando realizar un trabajo que no sólo no hacen, sino que no poseen la más mínima habilidad de gestión para realizarlo y con ello, claro, tampoco tendrán la facultad de solución. La segunda, y más importante, que a la gente ya no se le puede engañar, que es sólo con la lucha organizada y de la mano de Antorcha Revolucionaria como se logrará cambiar la realidad en la que viven miles de mexicanos.
¡Felicidades, compañeros huastecos! Son muchos los logros alcanzados, pero el camino es largo, aún son miles las necesidades de las familias hidalguenses que faltan por ser atendidas. Será sólo con la suma de todos como lograremos cambiar nuestra realidad.
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