El título de este pequeño escrito es el nombre que llevó la generación de todos los eventos de clausura de las escuelas fundadas por el Movimiento Antorchista. El nombre no es una exageración, ni mucho menos una adulación sin fundamentos.
Desde los orígenes del Movimiento Antorchista, para su fundador y guía, Aquiles Córdova Moran, quedó muy claro que para que esta patria sea más justa y libre es necesario que el pueblo mexicano se eduque, Y es así cómo surge para el Movimiento Antorchista la tarea de educar a niños, jóvenes y adultos. Desde entonces, en toda la geografía nacional, desde comunidades indígenas muy pequeñas y alejadas, hasta en las grandes ciudades donde se requiere un centro educativo el antorchismo se ha encargado de crearlo.
En cada una de estas escuelas se puede ver, a simple vista, el trabajo, la abnegación y el esfuerzo de las personas que colaboran allí.
Maestros y expertos en la materia crearon un proyecto educativo que toca todos los puntos donde hay que trabajar para mejorar la educación en nuestro país. Uno de los más importantes, por ser la materia prima del sistema educativo, son los alumnos, en él se expone cual es el ser humano que queremos formar, de ahí es que se desprende todo el trabajo que se realiza.
Lo más importante es lograr que todos los jóvenes tengan la oportunidad de estudiar, con espacios educativos dignos y modernos para todos sin excepción; bien abastecidos, además, de lo necesario para recibir y ejercer educación científica de alta calidad, así como todas aquellas actividades complementarias que permitan al educando desarrollar habilidades, destrezas y aptitudes, de acuerdo con la formación integral que se persigue. Garantizar que al frente de cada cátedra, en cada taller, laboratorio, campo demostrativo o experimental, y para cada una de las actividades complementarias de la formación humanista del educando, haya siempre un maestro, un técnico, un entrenador altamente capacitado, que no sólo garanticen el dominio suficiente del conocimiento que deberán impartir, sino la destreza y la habilidad para enseñar.
Este objetivo se ha mantenido siempre, de esta forma en las escuelas creadas por Antorcha vemos a niños y jóvenes preparándose académicamente, a jóvenes haciendo ciencia, los vemos bailando, cantando, declamando, haciendo arte. Los vemos realizando algún deporte, practicando banda de guerra o realizando trabajo comunitario, además, los vemos luchando, en contra de las autoridades, por mejoras a sus espacios educativos y por mobiliario. Todas las escuelas antorchistas cuentan con la mejor infraestructura, desde edificios, auditorios, canchas, domos, bibliotecas, aulas de medios; en pocas palabras, son completas y hermosas.
En estos tiempos tan difíciles para la educación en México el trabajo educativo que realiza antorcha es muy importante. Los alumnos, maestros y padres de familia no deberíamos permitir que las autoridades sigan jugando con el futuro de nuestro país. Es muy lamentable ver como la maestra Delfina Gómez, actual secretaria de Educación, está más preocupada por temas que no tienen que ver con lo educativo, por ejemplo, por quien será el o la candidata a la gubernatura del Estado de México (ya se le ha visto en ese tema), que de buscar la manera de sacar adelante a todos esos alumnos con rezago que ya venían desde antes de la pandemia, pero que se acentuó con la manera de brindar clases a causa de la covid-19.
Las escuelas antorchistas son escuelas progresistas, lo son y lo seguirán siendo, y todos los que participamos en ellas seguiremos exigiendo a los gobiernos porque se asigne mayor presupuesto a la educación y se brinde una mejor calidad educativa a todos los niños y jóvenes.
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