MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Las alianzas partidistas y nosotros los pobres

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En este 2021 habrá elecciones que serán especialmente importantes para el futuro del país, nada más por su tamaño son inéditas: se van a elegir 300 diputaciones por el principio de mayoría relativa y 200 por representación proporcional; 21 mil 383 cargos locales, 15 son gubernaturas; mil 63 diputados estatales (en 30 congresos locales); mil 926 ayuntamientos y juntas municipales de 30 entidades. Para atender y coordinar el proceso, se contratarán más de 50 mil supervisores y capacitadores, estima del Instituto Nacional Electoral (INE). El padrón electoral tiene inscritos 94.8 millones de votantes, cinco millones más que en 2018 y se instalarán 161 mil casillas de votación, cuatro mil más que en 2018. En Campeche, estarán en juego en total 71 cargos: la gubernatura, diputaciones federales y estatales, ayuntamientos y cargos auxiliares.

Pero más que por tamaño, estas elecciones son trascendentes pues van a de definir quiénes nos van a gobernar a todos, y tendrán el dominio en el Congreso de la Unión, 30 Congresos Estatales, los gobiernos de 15 estados, ayuntamientos y juntas municipales de 30 entidades, por los siguientes tres años; se están creando las condiciones para definir desde ya el equilibrio de fuerzas para la elección del 2024, estás votaciones impactarán decididamente las próximas y son, por ello, una especie de adelanto de la elección presidencial.

Las fuerzas políticas y grupos de intereses económicos, los que se sienten dueños del país, después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador y vistos sus resultados al frente de la Nación, se reagrupan, formando hasta el momento dos alianzas que serán los arietes de esos grupos, según se hayan acomodado, e intentarán hacerse de mejor posición para realizar sus proyectos e intereses, generales o particulares: Morena, PT y PVEM, por un lado, y PRI, PAN y PRD, por el otro. Pero el chapulineo y la necesidad de "fortalecerse” de cada membrete, hace que sus integrantes no sean sino las bachichas de los otros. Entre todos son los mismos, sus intereses no han cambiado, solo se reacomodaron ¿Y el pueblo de México? 

Llamado a ser exclusivamente el votante, presente, como siempre, solo en el discurso, en las promesas, y en los votos de honestidad o lealtad ¿de quiénes?, de los mismos políticos con nueva careta. O dígame usted, amable lector, ¿en quiénes y de qué modo ve reflejados usted sus legítimos intereses, como ciudadano común y corriente? ¿le parece cierto que, por ejemplo, Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Manuel Bartlett, o Layda Sansores, que llevan décadas viviendo del erario, y con él han amasado millonarias fortunas, intereses y relaciones sociales en las que NADA se beneficia ni tiene algo que ver el campesino, el obrero o el ama de casa, ni las mujeres abusadas, los grupos indígenas, o los estudiantes de localidades que no tienen ni camino de acceso, son en algún gramo la esperanza de estos? 

Todos dicen representar los intereses generales de la nación y los de los pobres en particular (se atreven a decir que "primero los pobres”), ¿acaso se han acercado a usted para preguntarle por sus intereses o necesidades para contemplarlas en el programa de alguna de las tan sonadas alianzas? ¡Es al revés!, los ciudadanos han presentado humildes, legítimas y respetuosas solicitudes y han sido recibidos con narices arrugadas, promesas falsas, o con insultos, amenazas, calumnias de ser "grupos de chantajistas&rdquo, "revoltosos&rdquo, "corruptos&rdquo, y hasta con golpes, cárcel y desapariciones. Hoy los gobernantes se atreven a golpear a los pobres, a nombre de los pobres. ¿Entiende ahora la soberbia del Presidente y sus allegados?

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Así, los contendientes se esmeran, como en cada campaña, en tratar de convencer al votante que su alianza es la mejor, o más bien de condenar a "la otra&rdquo, acusándole de ser la culpable de la actual crisis y de la milenaria pobreza que azota a los mexicanos, o bien de corrupción, o de violadores, lavado de dinero, etc. En eso, se han "olvidado” de incluir al pueblo y sus intereses en la suya. Eso debe cambiar ahora sí y de manera efectiva.

Ninguna alianza (ninguna de las que hoy vemos ni de las que pudieran surgir) debería contar con el apoyo del pueblo trabajador, del campesino, del ama de casa, de los obreros, sin un compromiso serio y un proyecto de gobierno que busque una nación más justa con los pobres, pero con medidas precisas. ¿Y con qué argumentos nos atrevemos a pedirlo? Por el simple hecho de que los mexicanos somos los que hacemos funcionar al país, con nuestro trabajo, porque somos la inmensa mayoría y en una democracia la mayoría manda. ¿Por qué nunca se ha tomado en cuenta la opinión del pobre?, porque está suelto, desorganizado, sin entender su verdadera fuerza y sin tenerla en los hechos, mientras siga desunido (vea usted la hipocresía y malevolencia de López Obrador al decirle a los mexicanos que organizarse es de corruptos y que él solo atiende a los ciudadanos directo, sin "intermediarios”); el pueblo, así, no tiene modo de hacer valer su importancia. 

Pero, ese pueblo basto y tosco, ¿qué puede opinar?, ¿tiene alguna propuesta viable, está capacitado para dirigir a la nación? No solo sí la tiene, es el único que puede. Solo que, en efecto, mientras siga desunido no la puede ejercer, sigue dependiendo de los partidos con registro y sus políticos con "experiencia para gobernar”. Solo el pueblo puede, las propuestas ya están científicamente formuladas y las ha expuesto puntualmente el Movimiento Antorchista Nacional la más grande y mejor estructurada organización del pueblo que sobrevive gallarda a la persecución por parte de los poderosos escondidos detrás de la 4T. 

Y permítaseme agregar, que no es puro rollo; Antorcha es gobierno en más de un municipio de varios estados del país y es, por mucho, ejemplo de cómo gobernar bien, con honestidad, eficiencia y resultados favorables para sus gobernados. Cualquiera lo puede comprobar, ahí está la realidad diciendo que el pueblo puede gobernar y lo hace mejor, lo dice esa misma realidad necia que hoy también nos dice a gritos desesperados que, en cambio, Morena y López Obrador no saben gobernar y nos están llevando al matadero ¿Entiende usted ahora el inmenso terror que siente Morena (y los demás) de que Antorcha Campesina, como mejor se la conoce, se convierta en partido con registro?

Hoy no existe ese partido del pueblo; la tarea es formarlo. Con ese instrumento el pueblo puede y debe ejercer su derecho a participar en el futuro del país en estas importantes elecciones; el pueblo debe meter mano al proceso para salvar a la maltrecha democracia, antes de que Morena termine de ahogarla en el mar de su soberbia. Por ello, la tarea es hacer que el equilibrio de fuerzas en los poderes que estamos por elegir permitan que la democracia sobreviva mientras surge el partido del pueblo. La tarea para nosotros los pobres, en esta contienda de alianzas partidistas, es evitar que Morena siga en el poder.

El pueblo tiene la razón y tiene la fuerza, y ésta la puede hacer valer solamente si se convierte en fuerza política; hoy puede inclinar el fiel de la balanza para evitar que siga la tragedia en que nos ha metido el aborto de Morena, mientras forma su partido con registro, gana las elecciones para poner a los hijos del pueblo a gobernar, y salva a nuestra querida patria.

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