A partir del 30 de enero hasta el 6 de febrero del año en curso, en la pequeña y hermosa ciudad de Tecomatlán, Puebla, cuna del Antorchismo Nacional, tendrá lugar la más importante competencia deportiva genuinamente popular, que congregará a 17 mil deportistas de todo el país, quienes durante esos días derrocharán energía, tensaran sus fuerzas y músculos, buscando salir airosos de las pruebas donde participarán.
De este grandioso evento hay que destacar lo siguiente: en primer lugar, su carácter popular, pues en él concurren niños, jóvenes y adultos que viven en poblados de alta marginación como son los que provienen de comunidades indígenas de las Huastecas, desde las selvas de Chiapas y Tabasco, y desde comunidades del altiplano y noroeste mexicano, así como de colonias populares del Valle de México, Puebla, Veracruz, San Luis Potosí, Michoacán y hasta de la distante Tijuana, entre otros; participan pues, hijos de campesinos, colonos y obreros, es decir, el verdadero pueblo. En segundo término, el evento se caracteriza por ser organizado y desarrollado sin ningún apoyo oficial, es decir, sin subsidio económico, lo cual lo hace un evento verdaderamente asombroso, pues no es fácil reunir de toda la geografía del país a tantos miles de deportistas, quienes junto con los activistas de Antorcha y entrenadores, hacen todo tipo de actividades como rifas, colectas, vendimias, para poder sufragar sus propios gastos; ante este gran esfuerzo, uno se pregunta ¿Qué no haría el antorchismo teniendo el poder político de la nación?, no hay duda, dejaríamos de hacer el ridículo en el mundo, pues como ya sabemos en cada competencia de talla internacional como son las olimpiadas, si sacamos una medalla de oro, es mucho y no se diga en la Copa Mundial de Futbol, donde el ya merito es una constante. Antorcha masificaría el deporte, lo dotaría de recursos suficientes para que juegue su papel de ser un verdadero instrumento no solamente para que los mexicanos cuiden su salud, hoy por hoy deteriorada por la falta de alimento o de consumo de chatarra, que tiene al país como uno de los primero lugares en obesidad, el deporte sería además, un arma para formar el carácter y el pensamiento progresista de los mexicanos.
Antorcha con sus espartaqueadas, un año deportiva y otro cultural, le muestra a la nación que un futuro mejor es posible, y no sólo en el aspecto deportivo, sino que lo mismo haría en el aspecto económico con un mejor reparto de la riqueza nacional que acabe con la marginación y pobreza de millones de mexicanos. Urge que el pueblo de México conozca a plenitud el trabajo de Antorcha y se sumen millones a la gran tarea de conquistar un gobierno que tenga como centro de su actividad, el bienestar general de la población y no el de favorecer a una clase parásita que cada día acapara más la riqueza generada por todos los trabajadores de México.
Volibol, Basquetbol, Futbol, Beisbol, Natación y Atletismo, en todas sus ramas y categorías, son las disciplinas donde se competirá en instalaciones de primer nivel, construidas con la lucha Antorchista, que ha hecho de Tecomatlán un ejemplo de progreso y bienestar en la región y en el país. Tecomatlán, la Atenas de la mixteca, como también se le conoce y orgullo del antorchismo nacional, pasará a la historia como un ejemplo vivo de lo que puede hacer el pueblo trabajador para sí mismo, cuando está organizado y lucha para alcanzar mejores niveles de vida.
Seguramente como todos los años, en esta XVIII Espartaqueada Deportiva, acudirán personalidades distinguidas del deporte nacional y de la vida política del país, pero lo que muchos esperan con especial interés, es el mensaje que en la inauguración y clausura del evento dirige el fundador y guía histórico del Antorchismo nacional, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, quién con su gran sabiduría y sensibilidad política, siempre arroja luz sobre lo que acontece en el mundo y en el país, mensaje que es útil en momentos tan graves como los que se viven en México y en el resto de los países de la tierra, donde la pobreza se ha enseñoreado en la vida de millones de seres humanos que a diario sufren hambre, enfermedad, falta de educación y cultura, a causa de un modelo económico que ha venido demostrando su incapacidad para llevar a los seres humanos a una vida tranquila y feliz y al que urge por tanto sustituir por otro modelo que garantice paz, alimento, salud, educación y bienestar a todos los hombres y mujeres del mundo. Por eso, la espartaqueada deportiva antorchista es en estos duros momentos, un aliento para los hombres progresistas, un ejemplo de convivencia fraterna, tal y como debe ser la sociedad del futuro.
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