Hay datos y acontecimientos que demuestran el desastre que se está viviendo en la salud pública en nuestro país, la promesa de la instauración de un sistema universal de calidad se ha esfumado, solo quedará como una promesa presidencial más, que se pensó, se intentó, pero por falta de capacidad, valentía y profesionalismo no se pudo concretar; ni el INSABI ni el IMSSS-Bienestar llegarán a cumplir sus metas, tal y como lo expreso el presidente desde la palestra mañanera.
El ejecutivo federal puso fecha límite diciembre del 2023, como nuevo plazo para que el estado brinde a los mexicanos un servicio de salud pública como en Dinamarca o parecido al de los países nórdicos, allá se le asigna a cada ciudadano un médico de cabecera, se le dota de medicamentos cuando los requiere, hay un médico por cada 244 habitantes, en nuestro país tenemos un médico por cada 417 habitantes.
Ante el fracaso del INSABI, se sustituyó, implementando un nuevo modelo sacado de la manga de transición de los servicios de salud, llamado IMSSS-Bienestar, esta implementación se da a un año de terminar el periodo de gobierno federal, después de casi 5 años de errores y fracasos en el servicio médico público del INSABI, arrojando indicadores desastrosos que reflejan un deteriorado del sistema de salud, los datos son espantosos de una dura realidad que todos los días enfrentan los pacientes que requieren de una atención urgente, de calidad y gratuita.
En el 2016 más de 18 millones de mexicanos no tenían acceso a los servicios de salud, representando el 15%, en el 2022 fueron casi 35.7 millones los que no contaban con servicios de salud, aumentando el doble con un 28%; este dato es irrefutable, por el hecho de que casi 34 millones de mexicanos trabajan en el empleo informal, mismos que no cuentan con ninguna prestación y servicio médico.
En estos 5 años ha disminuido la calidad, la gente tiene que esperar más tiempo para ser atendida en alguna unidad médica y los servicios que se le brinda al paciente son de menor calidad, debido a la falta de recursos humanos y materiales en cada uno de los hospitales. La cobertura efectiva por tiempo de espera es solo del 17.3 %, y por percepción de calidad es de 18.9%, esto quiere decir que solo uno de cada 5 pacientes recibe atención pronta y de calidad. Esto sucede todos los días en cada uno de los centros médicos de los tres niveles en todo el país, todos lo sabemos, nadie lo puede negar, tanto en
centros rurales y urbanos.
El esfuerzo que hacen los trabajadores de la salud para brindar un servicio de salud a quien lo solicite a pesar de no contar con el material, los medicamentos y los espacios para brindar un servicio de calidad, es mayúsculo. El desabasto y falta de medicamentos en los centros médicos es gravísimo. Del 2018 al 2022 se dieron 4 cambios de empresas encargadas de licitar y comprar los insumos y medicamentos, esto vino a desmantelar el sistema de compras y distribución que el IMSSS había logrado perfeccionar durante décadas.
Podemos afirmar sin dudas que había corrupción, esto implicaría limpiar y transparentar los procesos, pero no destruirlo, porque esto ha venido a provocar una escasez de medicamentos terrible, dejándose de surtir más de 49 millones de recetas en las principales instituciones de seguridad social. Una muestra de ello es la manta que colocaron en el Hospital General 90 camas, en San Juan Tuxtepec, Oaxaca, “donde hacen de su conocimiento a la ciudadanía que están trabajando en condiciones muy precarias, no cuentan con infraestructura hospitalaria adecuada, material de curación, equipo médico necesario, tienen un desabasto de medicamentos y falta de recursos humanos para atender a los pacientes”. Cuántos centros médicos están en las mismas condiciones o peores que los que están laborando los trabajadores del hospital de Oaxaca. Esto también es politiquería, por supuesto que no, todos sabemos porque lo hemos sufrido en carne propia que esa es la realidad.
Otro problema que lastima la economía de los mexicanos es que cada vez sale más dinero de los bolsillos, incrementándose en un 40 % más en servicios médicos y un 60% en compra de medicamentos, no es extraño que pululan las farmacias privadas de patentes y genéricos por todos lados, es obvio, lo que no cubre el sector público lo hace el sector privado. Otro grave problema es el presupuesto financiero federal insuficiente, del presupuesto aprobado en el 2022 hay un aumento del 4.2% para el año 2023, representando el 2.84% del PIB, estamos a 3 puntos de distancia de lo que marca la OMS que es del 6% del PIB.
La situación laboral de la mayoría del personal de salud es marginal, desigual e injusto, convirtiéndose en un problema sistémico que afecta o impacta directamente en el debilitamiento del sistema imperante, necesitamos brindar un fortalecimiento real; certeza
laboral, salarios con prestaciones justas, incentivos que eleven la calidad del servicio, que contribuyan al fortalecimiento del sistema de salud y la calidad que este brinda. Donde esté sujeto todo el personal a evoluciones constantes y rendición de cuentas que obliguen a brindar un trato digno y profesional.
Se debe invertir en la investigación y preparación del personal médico, tanto en la investigación como en la preparación profesional. Además de construir nuevos centros de investigación, más unidades médicas equipadas y universidades con carreras enfocadas a las áreas de la salud. Nada de esto se ha concretado y no se hará en lo que resta del sexenio, por falta de capacidad y de recursos financieros.
Los humildes debemos creer que las cosas están cambiando para bien en salud pública, al contrario, la realidad se viene agudizando, cada vez vemos una sociedad más enferma, con problemas de salud crónicos degenerativos que nos están rebasando; diabetes, hipertensión, obesidad, cardiovasculares, respiratorios, etc., más temprano que tarde terminará colapsando
el sistema, no se ve otra salida. Urge rediseñar de raíz tanto la estructura como su funcionamiento del todo el sistema nacional de salud, eso que hasta ahora no se ha podido hacer. Son los grandes pendientes en salud que tienen el gobierno federal. No hay saludgratuita y de calidad para todos.
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