Los problemas en la salud de los mexicanos se agravan cada día, y tal fenómeno no es provocado solamente por el carácter de las enfermedades, sino por el descuido de las autoridades sanitarias, la austeridad republicana, el supuesto combate a la corrupción, y la tendencia que parece agenda federal de ahorrar para regresar los recursos a la federación.
La salud de los mexicanos hoy es un desastre, en total contradicción con el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y las promesas y compromisos que hizo desde el inicio de su mandato, y en algunos puntos desde los 12 años previos de su campaña, acerca de este tema de la salud, los cuales rematan, como todos hemos escuchado, con la afirmación desde enero de 2019 de que “vamos a tener un sistema de salud como el que tienen en Dinamarca”, a lo que después le puso fecha para el 1 de diciembre de 2020 y desde entonces ha estado cambiando el plazo que nunca ha llegado, ni llegará antes de que termine su mandato pues los resultados en la administración pública no depende de los milagros; o más recientemente la promesa no menos vehemente y “decisiva” de que va a crear una mega farmacia en donde “van a estar todos los medicamentos que hay en el mundo”. AMLO habla con mucha vehemencia, seguridad y determinación, como cuando aseguró en medios a todo el mundo que para construir el Tren Maya no se iba a talar “mi un solo árbol”; nunca antes ningún político habló tanto por hablar nada más
Pero los resultados de su administración en el terreno de la salud, en un breve resumen cronológico, son:
Entrando en 2019, tomó más de 40 millones del Seguro Popular destinados a la atención a las enfermedades catastróficas dejando sin este recurso a miles de mexicanos pobres enfermos y el destino de este recurso nunca se aclaró, “En 2019 le quitaron $40 mil millones al Fondo cuando se creó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en 2021 le quitaron otros $33 mil millones en el Presupuesto para el ejercicio fiscal en curso.”
En noviembre de 2019 desapareció el Seguro Popular, destinando todos sus recursos al recién creado y apenas hace unos meses desaparecido Insabi, dejando en los hechos sin servicios de salud a 50 millones de mexicanos. El “Informe de Resultados del Sistema de Protección Social en Salud 2019” y el “Primer Informe Anual de Actividades del Insabi 2020”, demostraron que la atención de las personas que cuentan con alguna enfermedad de gastos catastróficos disminuyó con la cancelación del Seguro Popular: “para cuidados intensivos neonatales en 2018 se pagó la atención de 10 mil 293 casos, mientras que en 2019 solamente de 729; por cánceres de la infancia y la adolescencia en 2018 se pagaron los servicios a mil 632 pacientes, en 2019 la cifra bajó a 22 (¡sólo 22!); de cáncer de próstata se pagaron 889 casos en 2018, mientras que en 2019 sólo 97; de cáncer de colon y recto en 2018 fueron 868, pero en 2019 sólo financiaron 121 casos.
Menospreció el efecto de la pandemia del Covid-19 provocando su proliferación incontenible, millones de contagios y centenares de miles de muertos, así como los primeros lugares del mundo en estas cifras, en su mal manejo y en las muertes de personal de salud; en medio de esta pandemia se multiplicaron los escándalos de subejercicios en los recursos destinados a la salud en los estados gobernados por morenistas, recursos que se regresaban a la Federación (a AMLO) para que se gastaran de manera discrecional, a costa de la salud de los mexicanos, como en el caso de Veracruz y su célebre, a lo Eróstrato, secretario de salud Roberto Ramos Alor, quien presumía subejercicios por 600 millones de pesos que le regresaría a AMLO, mientras en sus manos le estallaba una crisis de contagios de dengue.
La salud en México con AMLO y la 4T es una desgracia, y la es porque quienes nos gobiernan no están interesados realmente en la salud de los mexicanos sino en conservar el poder, becerro de oro ante el cual son capaces de sacrificar lo que sea, al fin y al cabo, que ellos y sus familias están requetebien
Desde que comenzó su irresponsabilidad provocó desabasto de medicamentos, la inconformidad y la angustia de los familiares que ven morir a sus hijos enfermos de cáncer por falta de medicamentos y quimioterapias, reclamo que no cesa porque no se ha resuelto ese desabasto.
Los datos publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), basados en los números de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revelan que con su administración la carencia de acceso a los servicios de salud se incrementó, ya que en 2018 afectaba a 20 millones de mexicanos y en 2022 fueron 50 millones, pasó del 16.2 por ciento al 39.1 por ciento.
Ahora nos desayunamos con la mala noticia de que se está presentando un brote de dengue en los estados del este y sureste del país, siendo los más afectados Quintana Roo, Yucatán, Veracruz y Chiapas, y que Campeche, aunque está muy abajo todavía, va en ese rumbo, mientras en todo el país son ya casi 15 mil los casos confirmados, siendo que en el mismo periodo del año pasado fueron solamente menos de 4 mil, con una diferencia superior a los 11 mil y un incremento de 275 por ciento y avanzando a pasos preocupantes.
No dejaré de mencionar el caso de Champotón en dónde las empresas funerarias afirman que ya han enterrado a 17 personas que fallecieron por dengue hemorrágico, aunque las autoridades sanitarias ya hayan salido a “desmentir” tal afirmación, pero que no extrañaría después de ver lo que se hizo con las cifras de muertes durante la pandemia, las del exceso de mortandad ante las cuales solamente voltearon para otro lado, y con todas las estadísticas en general, en donde siempre aparecen “otros datos”.
Y súmenle que en Campeche se está gestando un brote de diarrea infecciosa en el municipio maya de Calkiní y que el hospital de esa zona no cuenta con los medicamentos para tratar este padecimiento. Más todo lo que no se sabe o está por pasar, ya que AMLO y sus seguidores no están dispuestos a ver sus errores y, por ello, están fatalmente destinados a seguir cometiéndolos, para desgracia de nosotros y nuestras familias.
La salud en México con AMLO y la 4T es una desgracia, y la es porque quienes nos gobiernan no están interesados realmente en la salud de los mexicanos sino en conservar el poder, becerro de oro ante el cual son capaces de sacrificar lo que sea, al fin y al cabo, que ellos y sus familias están requetebien. La salud de los mexicanos está siendo, delante de nuestros ojos, inmolada ante una demagogia insana, y va a empeorar por lo menos hasta que termine su mandato AMLO.
Lo que pase después… Es algo en lo que todavía, si somos capaces de aprender las lecciones, podemos enmendar y corregir.
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