Tiempos sombríos se avecinan si el pueblo de Chimalhuacán hace caso a los “cantos de sirena” que les lanzan los morenistas con el afán de engañarles para hacerse del poder con trampas o por la fuerza. Las sirenas, son personajes mitológicos que tenían mitad del cuerpo en forma de pez y mitad en forma de mujeres hermosas, cantaban maravillosamente y con sus bellas melodías atraían a los marineros quienes, embelesados, acudían al llamado de sus cantos. Lo que no sospechaban los marineros es que, una vez que caían rendidos en los brazos de las sirenas, éstas se transformaban en fieros depredadores y devoraban salvajemente a los inermes marineros. El gran y astuto Ulises, de regreso a su tierra Ítaca, a sabiendas de lo atractivo del canto de sirenas, se colocó cera en los oídos y pidió a sus marineros le amarraran del mástil del barco y les advirtió que no le desamarraran, aún él se los pidiera u ordenara enérgicamente. Fue así que logró salvarse del engaño de los cantos de sirena y evitó convertirse en su alimento.
A los habitantes de Chimalhuacán les están lanzando cantos de sirena los morenistas y les ocultan sus verdaderas intenciones. Así, estimados vecinos de Chimalhuacán, deben colocarse cera en sus oídos ante los gritos desesperados de los morenistas, pues los lanzan para engañarles y para, después, hacer de las suyas. Deben pues estar alertas y no caer en la trampa.
El gran Don Miguel de Cervantes Saavedra, autor de la obra cumbre de la literatura universal, El Quijote de La Mancha, escribió en dicha obra: “nadie es más que otro, si no hace más que otro”. En ese sentido, llamo al pueblo de Chimalhuacán a que analice su historia reciente y la tome en cuenta para evaluar qué hacer en el futuro próximo reciente, pues por más que busco NADA o casi NADA, que no es lo mismo, pero es igual, como dice la canción de Silvio Rodriguez, han hecho los diputados federales y locales de morena por el pueblo de Chimalhuacán.
El año 2000 fue el punto de quiebre y el inicio de la grandeza de Chimalhuacán. Efectivamente, los que conocimos el Chimalhuacán de La Loba, le podemos decir a las nuevas generaciones lo que había y lo que hoy se tiene para bien de todos. Chimalhuacán era un basurero y tierra de nadie. No tenía ni el 20% de sus calles pavimentadas, pues no había agua ni drenaje, etc.
En el año de 1995, por ejemplo, tiempos en los que dominaba La Loba, se vino una tormenta terrible y se inundó toda la zona de Acuitlapilco. A la una de la mañana, con un palo de escoba para tantear el terreno (porque había coladeras abiertas o fosas profundas por descuido e insensibilidad de los Lobos), fuimos con el compañero Miguel Casique Pérez a ver a la gente y preguntarles su condición y organizarnos para exigirle al gobierno la ayuda. El agua nos llegaba arriba de la cintura y las casas de la gente estaban lamentablemente inundadas. Los Lobos nunca se aparecieron para ayudar a la gente.
Otro ejemplo del abandono de los Lobos, sucedió en la avenida Ignacio Manuel Altamirano. Se inició el drenaje profundo mediante un colector; sin embargo, la obra fue completamente abandonada por años. Había un socavón protegido sólo por una malla ciclónica; sin embargo, con el paso del tiempo se la robaron y el socavón era peligroso. Posterior a una lluvia intensa, una microbús a eso de las 7 de la mañana con rumbo al metro Pantitlán, iba completamente llena, a reventar, pues a los trabajadores no les quedaba otra opción más que salir temprano, subirse a los Chimecos o a las micros porque no había opciones como ahora tienen el Mexibús. Entonces, el chofer del microbús, sin darse cuenta que estaba frente al socavón, porque el nivel del agua y la suciedad del agua se lo impedían, siguió de frente y se hundió completamente la microbús. Como resultado, murieron 13 personas ahogadas. Hasta tuvieron que traer buzos especializados para sacar los cadáveres atorados en el microbús. Ese era el viejo Chimalhuacán, el Chimalhuacán de La Loba.
El Nuevo Chimalhuacán tiene una visión humanista, una visión pensada en la población y todas sus energías las pone a favor de la gente de Chimalhuacán. Antes del Nuevo Chimalhuacán, el municipio estaba olvidado, no había escuelas de nivel superior, campos deportivos de primer nivel, ni una alberca (salvo las pozas como aquella en la que se fue la microbús), no había más que un hospital, el Noventa Camas; los Chimecos eran los camiones que transitaban por una avenida del Peñón sin pavimento y, además, se iban correteando por el pasaje, lo cual hacía tortuosísimo el viaje y por el polvo que se metía dentro del camión, la gente que se había bañado usando una cubeta y agua fría de pipa, pues no había agua corriente en gran parte de la zona baja de Chimalhuacán, llegaran bañados, pero de polvo.
Morena, al viejo estilo de La Loba, quiere hacerse del poder en Chimalhuacán, es decir, por la fuerza; quiere regresar a la época en que se usaba la calumnia, la compra de conciencias con dinero, a las amenazas y a la violencia para hacerse del poder. Por poner un ejemplo de las calumnias absurdas de La Loba, se pintaba en las bardas la mentira de que el Biólogo Tolentino era “salvadoreño”, lo cual representa un absurdo, pero la mentira es el arma que los Lobos y ahora de los morenistas, usan para hacerse del poder para su beneficio personal. Por tanto, el pueblo de Chimalhuacán debe tener mucho cuidado de que la nueva Loba, que son los actuales morenistas, se les aparezcan como redentores y con piel de ovejas. Te vendrán a ofrecer la solución a los problemas de Chimalhuacán, sin haber hecho nada por Chimalhuacán, ¿entonces? ¿Cómo creerles si no han hecho nada por ti?
¡Cuidado chimalhuacanos!, defiendan con uñas y dientes lo que con tanto trabajo, esfuerzo, sangre y sacrificio han construido; no permitan que los nuevos Lobos, los morenistas, arriben al poder porque harán de Chimalhuacán nueva tierra del terror y nada tienen que ofrecer, porque nada han hecho a lo largo de su vida por Chimalhuacán, de lo cual se deduce que quieren el poder, como los viejos Lobos, para su beneficio personal y eso debe evitarse a toda costa.
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