Todos los habitantes de la Ciudad de México, una de las urbes más grandes del mundo, corremos el riesgo de enfermar y morir por covid-19 y más con los datos con los que juega día a día las autoridades para mantenerse alejado del color rojo del semáforo de contagios. Actualmente en la ciudad contamos con 514,415 capitalinos que han sido contagiados de esta grave enfermedad y 24,563 lamentablemente han fallecido.
Se sabe que un 70 por ciento de las personas que llegan a los nosocomios ingresan en condiciones de alta gravedad, agónicos, porque no acuden a los hospitales a tiempo por miedo, porque saben que éstos no cuentan con los materiales necesarios para salvarles la vida. Muchos de los que se enferman se automedican con sustancias que en vez de ayudar empeoran o disfrazan la enfermedad.
Innumerables personas se han intoxicado con dióxido de cloro el cual daña el sistema renal y el hígado, o con medicamentos como la dexametasona que no cura el coronavirus sino al contrario, baja la inmunidad y facilita que se replique más fácilmente el virus de SARS-CoV-2 y agrega otras infecciones.
Además existe una lucha por oxígeno. Con tristeza, en repetidas ocasiones hemos podido observar las largas filas para recargar este elemento medicinal. Sin duda, la ciudad se encuentra en una de las peores crisis por la pandemia a pesar de que las autoridades pretendan demostrar lo contrario.
La CDMX se encuentra sumida en grave crisis sanitaria al grado de que decenas de funerarias han declarado que ya no tienen ataúdes y en los crematorios las filas son interminables; aunado a esto hay una pérdida de los pocos empleos que había y familias en enteras tienen que morderse a diario las uñas sin saber qué comerán. ésta ya es una situación insostenible.
Aunado a ello, el personal que vela por la salud de los mexicanos a pesar de que el Gobierno de la República, a través del subsecretario de Promoción de la Salud Hugo López-Gatell, se comprometiera a vacunar a más tardar en el mes de enero a todo el personal de salud, ya estamos en febrero y no cumplieron con su palabra empeñada, por lo que lo único que podemos observar es la inconformidad generalizada, donde todos los días se suman clínicas y centros de salud manifestando que el actual es un gobierno mentiroso porque no ha vacunado a todo el personal de salud, el cual debe laborar en condiciones muy difíciles y exponiendo su vida.
Padecemos la insensibilidad e ineptitud de las autoridades quienes ya no muestran ni una pizca de empatía con los muertos, a la muerte la han ido normalizando.
El Gobierno morenista en complicidad con algunos medios de comunicación desde un principio ocultó las cifras escalofriantes de muertos por covid-19 y ha mentido descaradamente, tratando de engañar y haciendo creer que las cosas van bien, que todo está bajo control, pero la realidad nos ha golpeado en el rostro y ha ido aniquilando a los más pobres.
La muerte se siente, se respira muy de cerca. Muchas personas conocidas y cercanas han fallecido por covid. Los activistas de nuestra organización han continuado con su noble labor de ayudar a los más necesitados. La pandemia no da tregua y a las autoridades ya no les importa quien viva o muera. Estamos hoy padeciendo las malas acciones de este gobierno, por lo que todos los días nos enteramos de la muerte de algún colono que perdió la batalla. Y familias enteras que están padeciendo esta tragedia nacional han tenido que enjugar sus lágrimas y el dolor de perder a sus seres queridos sin ver una luz al final del túnel.
Hay inconformidad entre los citadinos, quienes aseguran que la Ciudad de México necesita otro tipo de gobernantes porque los que han estado, primero representando al PRD y ahora con Claudia Sheinbaum a Morena y la "Cuarta Transformación&rdquo, la dañaron, y hoy lo único que han hecho por omisión es incrementar el número de muertos por no tener un plan eficiente para prevenir y atacar la pandemia.
Por otro lado, la obstinación del inquilino de Palacio Nacional, quien al inicio de la pandemia aconsejaba a los mexicanos a no tomarla en serio, a abrazarse, besarse y acudir a restaurantes, seguirá cobrando vidas humanas.
Hoy, urge que a través del voto popular le restemos poder al partido en turno que no ha hecho otra cosa que dañar más a México, así que estemos atentos al llamado para actuar en consecuencia.
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