La consulta de revocación de mandato que se realizará el próximo 10 de abril en nuestro país, será sin duda un fracaso debido a la poca participación ciudadana que habrá en las urnas, razón por lo cual el gobierno federal y Morena han desplegado una intensa campaña de promoción de la misma, utilizando para ello recursos públicos y a las instituciones gubernamentales. Un total abuso del poder.
No hay duda de que se trata de un ejercicio para levantar la imagen del presidente López Obrador, cada vez más en picada debido a sus malos resultados como gobernante, ejercicio que resulta muy peligroso, porque alimenta los deseos del presidente de mantenerse en el poder más allá de los seis años para los que fue electo.
En los espectaculares, lonas, calcomanías y todo tipo propaganda desplegada en la vía pública, cada vez más numerosa, se puede leer el lema “Que AMLO siga”, sin embargo, no se dice ahí por cuanto tiempo. Lo que puede confundir a la gente.
Además, la pregunta que vendrá en la boleta, y que fue aprobada por la mayoría morenista de la Cámara de Diputados federal, también es confusa. En lugar de ser una sola, son dos, y no solo habla de revocarle el mandato al presidente, también pregunta si se está de acuerdo en ratificarlo en el cargo, lo que es violatorio de la Constitución de la República.
No cabe duda de que todo el aparato de difusión de la consulta y la movilización el día de la elección se pagará con recursos públicos, lo que implica actos de corrupción, solo para cumplir un capricho presidencial que en nada beneficia a la ciudadanía.
Además, desde las instituciones de gobierno se está coaccionando a los beneficiarios de los programas sociales, a los trabajadores de las dependencias, a los maestros, a los concesionarios de transporte público, a los contratistas y a muchos más para que participen en las actividades de promoción y para que movilicen a sus familiares, amigos y conocidos el próximo 10 de abril. De lo contrario, los amenazan con quitarles los apoyos, despedirlos o cortar la relación laboral con ellos, según sea el caso.
Así, la consulta de revocación de mandato no es un ejercicio democrático, es un circo, un show, que sin duda será un fracaso más del gobierno federal pero que consume muchos recursos económicos y humanos que bien pudieran utilizarse para atender los problemas más sentidos de los colonos, campesinos, obreros y profesionistas del país. Un síntoma más del desgaste y de la pérdida de rumbo de la 4T.
No hay dinero para llevar los servicios básicos a los pueblos, colonias y escuelas; para adquirir terrenos de interés social para dotar de un lote a las familias que no tienen en donde vivir, para apoyar con maíz y fertilizante subsidiado a los campesinos, ni para terminar hospitales y aulas que están en el abandono, pero si se gastarán miles de millones de pesos en la promoción de la imagen de López Obrador y de su partido. Todos tenemos que aprender a descubrir la mentira que se vierte a través de diversos medios informativos para manipularnos, descubrir la verdad para estar en condiciones de construir un mejor país para todos, en el cual todos vivamos en condiciones dignas.
Para completar la burda maniobra, el pasado jueves 10 de marzo, los diputados federales de Morena y sus aliados modificaron la ley para permitir a los funcionarios públicos hacer campaña política o promover el proceso de revocación de mandato sin que sea considerado propaganda gubernamental y con ello no sean prohibidas durante la veda electoral establecida para la revocación de mandato. La lógica de la consulta popular sobre la revocación de mandato, va en el sentido de que deben ser los ciudadanos los que la promuevan en contra de los funcionarios en el poder: aquí las cosas están al revés, son los funcionarios enquistados en el poder los promotores de la “consulta”. Vaya descaro.
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