En la recta final del proceso electoral en el Estado de México es necesario exponer algunas ideas. Esta elección representa la antesala de lo que pudiera ocurrir el próximo año, en las elecciones federales por la presidencia, en la que como bien señala la candidata Alejandra del Moral se juegan dos proyectos totalmente opuestos: la destrucción del país de manos de la Cuarta Transformación encabezado a nivel nacional por el presidente Andrés Manuel López Obrador; y un proyecto de reconstrucción de país, de la economía, seguridad y paz a cargo de los partidos de oposición, principalmente del PRI y el PAN -por decirlo, muy aventuradamente, aunque, es preciso reiterar que la solución está en manos de los ciudadanos, organizados y con visión de país-.
Un total de 12.7 millones de mexiquenses tendrán la oportunidad de acudir a las urnas el próximo 4 de junio, para elegir a su gobernadora. Las opciones son: Alejandra Del Moral (PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza) y Delfina Gómez (Morena, PT y PVEM). Ya en un primer debate expusieron sus estrategias para atender los diversos problemas que aquejan a los ciudadanos de aquella entidad, en el que destacan la violencia, los feminicidios y el desempleo.
La elección es catalogada histórica, pues el gobernador Alfredo del Mazo tendrá a una sucesora. Pero lejos del género, es importante porque el gobierno federal ha puesto sus ojos en esta entidad, como un ensayo de lo que pudiera ocurrir en 2024, en el que un fracaso, obligaría a la 4T tomar decisiones que no necesariamente gustarían a AMLO, por otro lado, si la oposición se alza con el triunfo, da un respiro para miles de mexicanos que ven como la mejor opción para atender los problemas que están dejando las malas decisiones gubernamentales a nivel nacional.
Sin embargo, tanto uno como otro resultado dependerá de que la mayoría de los mexiquenses acudan a las urnas, pues datos del propio Instituto Estatal Electoral del Estado de México reflejó que, en las elecciones intermedias del 2021, en el 90 por ciento de las casillas imperó el abstencionismo.
En la revista Nexos, Carlos Hernández Torres en su texto “La batalla mexiquense” hace un análisis con los datos electorales del 2018 y 2021, en el que destaca un “fenómeno atípico registrado en 2018, cuando Morena supo aprovechar el descontento de la población con los demás partidos”. Así como que “morena no es la aplanadora que se dice”, pero también que los partidos de oposición han “sobrestimado su capacidad real de atracción de voto a nivel nacional y en particular en el Estado de México”.
Los mexiquenses deben informarse para saber por quién votan. De antemano, voltear a lo que ocurre a nivel nacional y en varias entidades gobernadas por Morena, en la que la inseguridad se ha apoderado de las calles, la corrupción permea entre las instituciones, el desempleo a tope, y siguiendo el ejemplo del señor de Palacio Nacional, sus deficiencias las justifican y responsabilizan a gobiernos anteriores.
Los mexiquenses de todas las clases económicas tienen que ver en la candidata de la alianza PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza como la mejor opción de gobierno. El Estado de México no requiere de improvisaciones ni mucho menos de personas que se presentan como del “pueblo” pero que, en realidad, los gobierna el odio, el rencor y la discapacidad política. Está comprobado. Una cosa es la campaña y otra su forma de gobernar, López Obrador prometió gobernar para los pobres, y si, porque no los ha sacado de la pobreza, sino, este mal ha crecido.
A la candidata Alejandra del Moral y su partido, tiene que incluir a todos los sectores, no solo a la clase media y alta. No debe dejar de lado a los más pobres, le quedan unas semanas de campaña y para ganar la gubernatura tiene que incluir a todos, de hacerlo, los más beneficiados serán los mexiquenses.
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