Nadie puede negar que la música es el lenguaje universal, sin esta, la vida y la historia de la humanidad definitivamente no serían las mismas. Y es que este arte intangible tiene el poder de mejorar nuestro humor y rendimiento (tanto físico como mental) como ningún otro. Como el resto, ha cambiado drásticamente, década tras década y se ha venido adaptando a la época y a las nuevas tendencias. Sin embargo, la enseñanza de esta en nuestro país se ha ido precarizando en los últimos años, privando de lo mucho que ofrece a las nuevas generaciones.
En la educación -en particular en la formación musical-, al igual que muchos aspectos, está cada vez más lejos de alcanzar lo planteado en nuestra Constitución: en este caso en el Artículo Tercero, el cual establece que “los planes y programas de estudio tendrán una orientación integral por lo que se incluirá el conocimiento de las artes, en especial la música”. Esta enseñanza atraviesa una situación crítica y compleja, y esto se remarca más en el nivel medio superior; el primer problema tiene que ver con los planes de estudio, que si bien lo incluye y especifica en el Eje articulador de Artes y experiencias estéticas, el espacio otorgado en el Nuevo Plan de estudios dista mucho de ser satisfactorio y no soluciona las dificultades para dotar verdaderamente a la población estudiantil de una educación musical adecuada; otro problema se debe a la insuficiencia y formación de docentes de música, según datos de las SEP, del total de maestros, solo el 4.5 por ciento son entre educadores musicales, músicos profesionales y músicos en general y la mayoría de estos se ubica en nivel básico.
Otros problemas se deben a la situación económica ya que la música como la cultura en general está reservada a unos pocos con mayores ingresos y acceso a la educación superior y excluye a gente pobre y sin escolaridad; situación que se suma a más problemas de índole social y cultural.
En la Ciudad de México, en la colonia Polanco, se encuentra el Conservatorio de Música, que es uno de los lugares donde se forman a los futuros especialistas, sin embargo, a pesar de su prestigio y sus más de 70 años de antigüedad, la falta de recursos y presupuesto le están pasando la factura. El Conservatorio lleva desde 2018 operando con un presupuesto que apenas oscila entre los 2 millones de pesos y los 2 millones 300 mil para una instancia en la que, en promedio, 900 alumnos estudian al año 24 carreras de nivel superior.
En contraste, el Gobierno de López Obrador destinó en 2022 un presupuesto de 441 millones de pesos a la Promoción y Desarrollo del Beisbol (PROBEIS); unas 200 veces más. Mientras que la partida destinada a la operación del Conservatorio, es decir, a compras de materiales e insumos, etc., fue en 2022 de 600 mil pesos; hasta un 61 por ciento menos que en 2018 (Animal político, 12 de sep. 2023).
La inmensa mayoría de los mexicanos están alejados de las actividades artísticas, se le suma la pobreza material que sufren millones a diario, lo cual los aleja aún más del arte. A los jóvenes de las clases trabajadoras y sus familias se les ha empobrecido no sólo económicamente, sino también culturalmente.
Millones de personas jamás han tenido contacto con la poesía, el teatro, la danza, la pintura, el cine y la música de calidad, entre otras expresiones artísticas.
Por eso, hoy en día, son de vital importancia los eventos culturales organizados por el Movimiento Antorchista, como el Concurso de Voces y Coros, realizado en días recientes en el el auditorio Gota de Plata, en la ciudad de Pachuca, Hidalgo; un acto desafiante que busca acercar al arte con el pueblo, para que este empiece a cantar como un derecho inalienable de acceder a sus efectos transformadores.
Antorcha propone que todo el pueblo cante, el campesino, el pescador, la mujer en su quehacer diario, el obrero, los jóvenes; queremos que el pueblo entero cante. Eso es lo que Antorcha quiere, participantes activos en el arte y así con estas acciones, contribuir a una educación integral; por eso felicito a los jóvenes participantes, estamos convencidos que quien aprenda suficiente música, quien sea capaz de leer una partitura de regular grado de dificultad, estará mejor preparado para el estudio exitoso de las matemáticas, por más que parezca que entre una y otra disciplina no existe ningún punto en común; felicito a los maestros y estudiantes que asistieron, la escucha y ejecución de la música es una valiosa herramienta en su formación intelectual y emocional, es decir, fortalece el autoestima, el amor por lo bello y la disciplina, entre otras cualidades que les servirán toda su vida, como lo marca nuestro Proyecto Educativo de Antorcha Magisterial, contribuye a la creación de un hombre nuevo.
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