Javier Corral Jurado, exgobernador de Chihuahua en el periodo de 2016 al 2021, puso en marcha la “Operación Justicia para Chihuahua” que consistió en la investigación, aprehensión y enjuiciamiento de su predecesor, el priista César Duarte Jáquez, así como de sus colaboradores más cercanos, olvidándose de gobernar para los ciudadanos chihuahuenses, quienes sufrieron el mal Gobierno del expanista.
Javier Corral, otrora acérrimo crítico de Andrés Manuel López Obrador y Morena, se refugia hoy en los brazos del “mesías” para no rendir cuentas ante la justicia de Chihuahua.
Para muestra basta un botón; el Movimiento Antorchista en el estado, al inicio de la administración, entregó al gobierno un pliego petitorio donde se enarbolan las demandas más urgentes y sentidas de colonias populares, escuelas, albergues estudiantiles, comunidades, ejidos y rancherías.
Esas demandas jamás encontraron alguna alternativa de solución, y cuando el problema escaló, los inconformes comenzaron a hacer uso de su derecho constitucional de manifestación con marchas, mítines y un plantón que duró diecinueve días con sus noches, durmiendo en las puertas de Palacio de Gobierno.
Aun así, nadie, absolutamente nadie se dignó a escucharlos. Por el contrario, se desató un verdadero tsunami de agresiones, amenazas e insultos en los medios de comunicación, por lo que los campesinos, colonos y estudiantes se retiraron con las manos vacías.
Javier Corral Jurado fue denunciado ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) por los delitos de peculado y enriquecimiento ilícito, por lo cual se abrió el expediente DE-108/2022, relacionado con la compra de un terreno para ampliar su casa en Ciudad Juárez durante su periodo como gobernador. Este expediente fue remitido al Tribunal Estatal de Justicia Administrativa (TEJA).
Además, fue presentada una denuncia ante la Fiscalía General del Estado en febrero de 2022 por el diputado Omar Bazán Flores, respecto a la investigación de la compra de un terreno. En mayo de 2023, fue presentada una segunda denuncia penal por el presidente municipal de Ciudad Juárez, Chihuahua, Cruz Pérez Cuéllar, por presunta defraudación fiscal y falsedad en declaración con el fin de defraudar, también relacionado con un predio.
Javier Corral, otrora acérrimo crítico de Andrés Manuel López Obrador y su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) —críticas, por cierto, muy acertadas—, se refugia y protege en los brazos del “mesías” para no rendir cuentas ante la justicia de Chihuahua.
El manto sagrado del inmaculado mesías se extiende y arropa al indefenso ternurita del exgobernador panista. Y como todos los delincuentes que llegan de rodillas implorando perdón, son redimidos y se vuelven puros e inmaculados por su sacrosanta voluntad.
Javier Corral será senador por Morena, partido al que se afilió después de 40 años de militar en el PAN. Sin embargo, el exgobernador está invalidado; no puede ocupar ese cargo, conforme a la Constitución mexicana, que es clara y precisa en el artículo 32, párrafo segundo, que a la letra dice: “Requisito para ser senador y diputado federal tiene que ser ciudadano mexicano por nacimiento en ejercicio de sus derechos”.
Javier Corral no es mexicano; nació en Texas, USA, el día 2 de agosto de 1966; posteriormente se registró en Ciudad Juárez.
Pero el poder es para poder. Muy pronto, Javier Corral Jurado será senador de Morena y digno representante del segundo piso de la Cuarta Transformación, y como cereza del pastel, la protección del fuero legislativo, quedando blindado por tres años. Nadie lo puede investigar y menos detener; esa es la justicia en los tiempos de la 4T.
El respaldo que le brindan al exgobernador de Chihuahua retrata de cuerpo completo lo que es Morena: un partido que desprecia las instituciones independientes, de arribistas que solo buscan el poder para llenarse el bolsillo de dinero, que violan la ley que dicen proteger, sin importarles la difícil situación que viven los trabajadores; falta de empleo, salario bien remunerado, educación de calidad, salud, vivienda, seguridad. Urge, pues, un cambio radical, un partido nacido de las entrañas del pueblo, educado y organizado.
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