La informalidad laboral es uno de los principales problemas del mercado del trabajo mexicano, son casi 31 millones de trabajadores los que tienen ocupaciones informales, lo que implica que enfrentan mayor vulnerabilidad en materia de acceso a derechos laborales básicos. Gran parte de quienes laboran en la informalidad trabajan sin contratos, sin horarios fijos, sin afiliación a la seguridad social, sin prestaciones y sin acceso a los servicios de salud.
En los cuatro años que lleva este sexenio son más de 7.5 millones de personas las que laboran en la informalidad, aún a pesar de que una de las promesas de Andrés Manuel López Obrador, fue que “tres millones de jóvenes serán contratados para trabajar de aprendices en talleres, empresas y comercios”.
De acuerdo con datos oficiales, sólo han sido contratados poco más de 229 mil personas, con lo que tanto el programa Jóvenes Construyendo el Futuro es un ejemplo palpable del fracaso del gobierno federal en la generación de empleos formales.
Con relación al estado de Guanajuato, la situación tampoco la mejora el gobierno local. Antes de que comenzara la pandemia la tendencia de crecimiento en la informalidad rondaba en las cuatro mil personas, al menos así fue entre 2017 y 2018. La variación de trabajadores pasó a 12 mil en el comparativo de 2018 y 2019. Este incremento se agudizó a 61 mil personas entre 2019 y 2020 en la ocupación informal.
En 2021 el Gobierno del estado le quedó a deber a los guanajuatenses la creación de 21 mil 680 fuentes de trabajo, pues incumplió la generación de empleos formales. Esto se reflejó en el crecimiento de la informalidad de 52 a 53.8 por ciento, casi dos puntos porcentuales, hasta tercer trimestre de 2021. De acuerdo con cifras del Inegi, en Guanajuato había 153 mil personas en situación de desempleo; 104 mil eran hombres y 49 mil eran mujeres.
En el primer año posterior a la pandemia (2021) el crecimiento de la informalidad pasó de 12 mil a 74 mil personas en el estado. Esta variación significó un crecimiento de 5.8 veces considerando los incrementos regulares del segundo trimestre desde 2018 a 2022. Al corte de junio de 2022, en la entidad, 2.7 millones de personas contaban con un empleo y de estos el 56 por ciento se generaron en la informalidad.
Las cifras oficiales refieren que hay menos mujeres sin empleo, sin embargo, muchas tuvieron que incorporarse a actividades informales, pese a tener estudios universitarios completos o de bachillerato, pero ganan menos que los hombres.
Una gran parte de las personas empleadas formalmente está entre los 25 y 44 años, en cambio solo hay 21 por ciento de personas mayores de 65 años activas en empleos formales y reciben todas sus prestaciones
Las personas que se emplean en el sector informal perciben entre uno y dos salarios mínimos en promedio y realizan jornadas de 35 a 48 horas de trabajo a la semana. En promedio, estas personas, ganaron 40 pesos por hora, lo que significa que obtuvieron al menos mil 920 pesos a la semana, que sin duda no permite satisfacer sus necesidades básicas. Esta situación, ha generado que la pobreza se incremente en el estado y no se debe perder de vista que, las personas que tienen tres o más carencias, de seis posibles y que son acceso educativo, servicios de salud, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación entran en los rangos que la Coneval considera como pobreza y pobreza extrema.
Por tanto, ni el Gobierno federal ni el estatal están contribuyendo realmente para disminuir la pobreza. La informalidad, además de condenar a millones de trabajadores a ingresos bajos, disminuye también la prosperidad general de la sociedad al proliferar la ineficiencia económica y de continuar ambos gobiernos sin generar fuentes de empleos formales, la informalidad y la pobreza se perpetuarán.
En este problema, como en todos los de la vida cotidiana, sólo la unión, organización y educación de la población sentarán las bases para estar en condiciones de una verdadera y profunda transformación de nuestra sociedad, que no solo se preocupe por dar empleo a todos y bien pagados, sino que también se preocupe en construir una patria nueva que, distribuya de una manera más equitativa la riqueza nacional.
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