Quintana Roo es el destino turístico más importante del país; año con año recibe a miles de turistas de todo el mundo. La infraestructura turística de la Riviera Maya y Cancún se ha desarrollado de manera acelerada. Quien vaya por primera vez, por ejemplo, a la zona hotelera de Cancún o a la de Playa del Carmen, se quedará sorprendido de ver los lujosos hoteles, restaurantes y las hermosas playas que hoy, en su mayoría, están privatizadas.
Este destino turístico que todos quieren conocer, realmente no es tan viejo, tiene menos de medio centenario. De 1902 a 1974, Quintana Roo fue un territorio federal de México. El 8 de octubre de 1974 fue promovido a Estado libre y soberano. Antes no tenía municipios, y la división política estatal estaba formada por sólo cuatro delegaciones de gobierno: Payo Obispo, Felipe Carrillo Puerto, Cozumel e Isla Mujeres. En 1970, tenía una población no mayor a 90 mil habitantes contra los casi un millón 900 mil que tiene al 2023.
Antes de que Quintana Roo existiera como estado libre y soberano, ya se había fundado Cancún en 1970. Este destino turístico se creó por la ambición de un grupo de banqueros encabezados por algunos profesionistas y apoyados por el gobierno federal a través, en ese entonces, del Fondo de Garantía y Fomento al Turismo (Fogatur) ahora, Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
El propósito de fundar Cancún fue, como sabemos, crear una ciudad con vocación turística a fin de atraer las divisas del extranjero que las importaciones ya no dejaban, así fue como se construyó el primer hotel de gran lujo, luego otro y así hasta llegar a los más de 200 que ahora hay en el lugar que conocemos como la “zona hotelera”.
Cancún fue el boom del turismo en el caribe mexicano, el éxito fue tal que la población de esta ciudad llegó a crecer con índices del 12 por ciento –el mayor de Latinoamérica– y a recibir, como dije, a miles de turistas hasta hoy día.
Pero “dentro del pan estaba la navaja” porque las opciones de vivienda no crecieron a la par, por lo que, los obreros que mantienen viva la boyante “industria sin chimeneas” que llegaron y ¡siguen llegando! de muchos Estados del país con la esperanza de mejores condiciones de vida, no encontraron dónde vivir, así que se fueron a las orillas de la ciudad, algunos pudieron conseguir lotes a bajo costo con ejidatarios de “Bonfil”, otros, invadieron tierras sin uso, otros más, se organizaron, compraron y fundaron colonias populares pero irregulares por no tener los permisos de las autoridades correspondientes.
Es decir, Cancún es una ciudad con “una hermosa zona hotelera” que encierra dentro de sus entrañas una gran pobreza de la clase trabajadora, que vive en un estado verdaderamente deplorable e inhumano. No tienen luz eléctrica, agua potable, tampoco drenaje sanitario, mucho menos pavimento en sus calles, no tienen certeza jurídica de sus casas. No hay escuelas, tampoco centros de salud y la inseguridad amenaza a todos los obreros y sus familias. Basta con que nos demos una vuelta a las colonias “La chiapaneca o Tres reyes” para comprobar lo que digo.
Este fenómeno se repite en Solidaridad, que es el municipio que tiene una tasa de crecimiento de 7.9 por ciento, seguido de Tulum con 5.3 por ciento y en porcentajes menores, pero también con crecimiento importante, Cozumel, Isla Mujeres y Chetumal donde, miles de familias se ven obligadas a vivir en condiciones deplorables porque las autoridades no han creado políticas públicas para brindar apoyo con vivienda o terrenos donde puedan vivir dignamente la clase trabajadora. Tan sólo en Cancún existen más de 250 colonias denominadas como irregulares, con una población de más de 200 mil habitantes, lo cual representa un 22.5 por ciento de la población total de este municipio.
Las autoridades y los políticos sólo visitan las zonas irregulares en tiempo de campañas electorales y hacen muchos compromisos con los colonos, es decir, los utilizan como botín político, el que más votos les da es el de: “cuando yo gane la elección voy a regularizar tu colonia”, sin embargo, estos compromisos los dejan para las calendas griegas.
Es importante que el actual gobierno que encabeza Mara Lezama cumpla su compromiso hecho en campaña de regularizar las colonias que por necesidad se han formado de manera “irregular” pero no sólo en Cancún, sino en todas las ciudades importantes que más arriba mencioné. Darle certeza legal, obras y servicios a los trabajadores y sus familias que han hecho de este Estado, uno de los más pujantes del país es, realmente, justicia social.
A los miles de habitantes de las diferentes colonias irregulares del estado les digo que, hay que organizarse para que las autoridades federales, estatales y municipales realmente trabajen en beneficio de la clase más desprotegida que con sus manos, genera la riqueza de este Estado. Hay que exigir que los compromisos que hacen no quede solo en el discurso, sino le hacemos así, nosotros seremos los culpables de que las autoridades no cumplan lo que prometen.
La experiencia de la lucha de la clase obrera en el mundo nos dice, que un obrero desorganizado es como polvo en el aire, pero los obreros organizados hacen una fuerza social tal que se vuelven “una roca” sólida capaz de derribar gigantes. Adelante pueblo trabajador de Quintana Roo, no hay nada que perder, salvo las cadenas que los atan.
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