Con justificada razón muchos mexicanos estamos indignados y preocupados por las mentiras, declaraciones desafortunadas, respuestas tardías y omisiones imperdonables que han hecho el presidente de México y los diputados de Morena y sus aliados que están bajo las órdenes del mandatario, en medio de la tragedia que afronta el pueblo guerrerense por el huracán “Otis”, catalogado por algunos comentaristas como el peor huracán morenista que golpea a los acapulqueños.
La indignación y preocupación por nuestros hermanos de Guerrero no es para menos. Especialistas en el tema advierten que el hecho de que el presidente haya levantado la emergencia en Acapulco genera incertidumbre, incluso para atraer ayuda internacional. Ahora, los organismos internacionales para brindar un apoyo tendrán que brincar un aval de emergencia, pese a que la gente tenga problemas serios de salud, inseguridad y empleo, entre otras carencias.
Al modificar la declaratoria de emergencia en Guerrero por el paso del huracán “Otis” y de 47 municipios dejar sólo dos, Acapulco y Coyuca de Benítez, muchas comunidades sumamente vulnerables no solamente de la costera sino también de la montaña guerrerense quedaron fuera de la posibilidad de recibir recursos federales para la reconstrucción de la infraestructura dañada, como carreteras, caminos vecinales, escuelas, centros de salud, viviendas, entre otros daños que enfrentan los más pobres de esa entidad.
Está claro que Guerrero no es prioridad para Morena y aliados. En el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, no aprobaron un solo peso para apoyar a damnificados por “Otis”. En este proyecto no se contempla ni un solo centavo para la reconstrucción, rehabilitación y apoyo a los damnificados guerrerenses
Lo peor es que los morenistas están haciendo política a costa de una tragedia, y dañando aún más a los damnificados por el huracán, pues lo que sí avalaron y etiquetaron son los 15 mil millones de pesos que contienen los fideicomisos pertenecientes al Poder Judicial y que fueron tomados por instrucciones del Poder Ejecutivo.
Sin embargo, este supuesto apoyo se trata de una engañifa, pues una juez federal otorgó una suspensión para que esos fondos no sean tocados, y para que alguien pudiese acceder a ellos se debe desahogar un litigio que podría llevar meses.
Conocedores señalan que la mayoría de Morena y aliados no son ignorantes de las leyes y más bien se trata de una maniobra política, pues por una parte pueden decir que sí se otorgaron recursos para la reconstrucción de Acapulco. Y, por otra, si los jueces no fallan a favor de que esos 15 mil millones pasen a presupuesto federal, podrán decir que el Poder Judicial prefirió mantener sus privilegios que apoyar a los guerrerenses.
Pero el huracán morenista también golpea al pueblo jalisciense. En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 aprobado por la Cámara de Diputados se castiga severamente a la entidad jalisciense, pese a que el estado es una de las entidades que aporta más al Producto Interno Bruto total del país, con lo cual los damnificados por el huracán “Lidia” y la severa sequía que registra prácticamente todo el territorio jalisciense están sin recursos federales.
La tragedia ha dejado expuestos a los morenistas ante los mexicanos tal como son: soberbios, resentidos, insensibles, negligentes, mentirosos e indolentes.
Lo grave está en que debido a la falta de apoyos suficientes se prevé una baja en la producción de alimentos. El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas señala que el proyecto de presupuesto asignado para el sector agroalimentario del próximo año será el mismo que se ha observado en esta administración; nuevamente, el asistencialismo se llevará la mayor parte.
En el sexto año del Gobierno lopezobradorista, una vez más no se fomentará la productividad del sector primario mexicano, pero además el sector ahora enfrentará problemas derivados del cambio climático.
Experimentados productores de alimentos jaliscienses reclaman apoyos federales. El presidente de la Unión Ganadera Jalisco, por ejemplo, pide a los diputados federales que no los vean como limosneros y aumenten el apoyo económico al sector. Señala que los diputados federales otorgaron sólo 55 millones de pesos, a la ganadería del país, indicando que es un presupuesto muy bajo para el apoyo al sector que viene de una importante sequía y de una baja rentabilidad de las actividades del campo. Asegura que no sólo deberían dar dádivas, sino apostar a la tecnología y a la ciencia que pueda dar mejores resultados a la producción.
En este contexto, podría ser cierto que el gobierno morenista ha cavado su propia tumba, al poner en evidencia su esencia en Guerrero. Como predicen algunos comentaristas, al señalar que el huracán “Otis” ha desnudado a Morena dejando ver su absoluta insensibilidad e indiferencia ante el sufrimiento de la gente. La tragedia ha dejado expuestos a los morenistas ante los mexicanos tal como son: soberbios, resentidos, insensibles, negligentes, mentirosos e indolentes.
Tampoco se puede poner en duda el señalamiento de que muchos electores aún tenían intención de votar por Claudia por miedo a perder ciertos apoyos que les otorga el gobierno. Pero la indignación por la forma en que están actuando en Guerrero hace que los electores dimensionen la amenaza que representa para todos los mexicanos este gobierno y su eventual continuidad.
A pesar de todas estas innegables verdades, es necesario analizar la lamentable realidad en se encuentra sumido el pueblo de México.
Sin temor a equivocaciones, lo que AMLO y sus incondicionales tienen claro es que millones de mexicanos, sobre todo los que sí votan, están despolitizados, agobiados por la pobreza y lo que les urge son soluciones inmediatas como el recibir un poco de dinero lo más pronto posible, venga de donde venga, para paliar un poco su miseria, aunque sea por un instante. Por eso, el presidente López Obrador presume que siempre ha ganado Acapulco cuando ha sido candidato, “que se identifica con los acapulqueños”.
Ya no hay lugar a dudas: los morenistas y sus aliados tienen decidido destinar todo el erario a la compra de conciencias, sin importarles que sea a costa de dejar a su suerte a millones de damnificados por huracanes y sequías.
Por eso, la tarea para los genuinos luchadores sociales y de todo aquel mexicano de conciencia limpia es gigantesca: educar y organizar al pueblo trabajador para que se libere de los engaños de Morena y se apreste a construir, organizada y conscientemente una patria más próspera en beneficio de todos, libre de pobreza, fuerte capaz de resistir todo tipo de catástrofes, naturales o políticas.
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