En la primera entrega me preocupó mostrar lo que es capaz de hacer el obrero, pero aún más, una mujer obrera sola, que por el tiempo que le tocó vivir, por las condiciones creadas en el municipio, que por el hecho de tener asegurado un ingreso a través de una fuente de trabajo, cómo lo eran las fábricas, esto iba acompañado de un trabajo ideológico muy fuerte por medio de la religión.
Sin embargo, Doña Gloria salió adelante con su tarea de padre y madre, dando no solo una educación profesional a sus hijos, sino que los formó con su espíritu proletario, de prepararse para la patria, para transformar a la patria, es decir, la vida de injusticia que vive el obrero, el trabajador, la mujer que tiene que valerse por sí sola, en un sistema de explotación, ultraje y humillación, al que solo le interesa la ganancia. En una palabra, la vida que ella vivió.
Pero para lograr esto, paso al terreno de los hechos, enrolándose en la tarea –una vez encontrado el camino, que le brindaba la organización– de difundir su verdad, primero entre sus compañeros obreros, enseguida entre los habitantes de su pueblo, y con ello, insistir con sus hijos, por medio del actuar, mostrándoles así el camino a seguir. Veamos.
Hija de don José de Jesús Vázquez López y Doña Paulita López Cadena, fue la cuarta de once hermanos, de los cuales viven tres: Teresa, Jesús y Doña Gloria que está cumpliendo 90 años.
Nace Doña Gloria, el 21 de enero de 1932 -debido a problemas muy serios- a los siete meses, librando su primera lucha, pues en esos años un parto tan precoz, significaba no lograr subsistir. Cursó la primaria, después corte y confección en la academia, y primeros auxilios, que la convierten en una de las tres mujeres que, en el pueblo, poseía el conocimiento de tan importante y necesario oficio.
Desde entonces mostró su principal cualidad, el dar sin nada a cambio, la preocupación por los necesitados, por los desvalidos, por el pueblo, su pueblo falto de cobijo, de cuidados; de una inyección, de una atención de parto prematuro por las noches, ya que, por la lejanía, o por la falta de recursos económicos, no tenían con que salirle al paso del problema, trabajo que ella no cobraba cuando la gente no tenía con que pagar.
Y como siempre, el pueblo agradecido, llegaba hasta su casa al otro día, o en la semana con: las canastas de huevo, de capulines, de tejocotes, de calabacitas, de nopales, de gallinas; de agradecimiento y de un profundo reconocimiento a la labor de aquella joven mujer que había extendido la mano, llevándoles el alivio.
Emigró a la Cd. de México donde se convierte en obrera de la costura y, completa sus ingresos en casas que le abren sus puertas por su esfuerzo y dedicación. Con este esfuerzo y entrega a la formación y educación de sus hijos los convierte a todos en profesionistas.
Participa con el equipo de trabajo obrero llevando los ideales de Antorcha Obrera a sus compañeros de trabajo, esto y el fallecimiento de su madre, provoca su despido del trabajo. Se incorpora con su hija Oralba, en Tecomatlán, Puebla y apoya en la atención del plenito y con ello en el desarrollo de nuestra querida organización.
Retorna a Santa Cruz y ha sido una activista incansable en la tarea de formar a la organización. Siempre con el deseo de que en el país que ella ha vivido y en el cual está cumpliendo 90 años, se acabe con la injusticia que significa que seamos la catorceava economía de las 240 que hay en el mundo y tengamos más de 100 millones de pobres de una población de 128 millones. Es decir, la riqueza se queda en unas cuantas manos, y los creadores de la misma –el obrero– vive en la pobreza.
Por ello, sin titubeos de ningún tipo, desde que conoció a Antorcha Campesina y a su líder nacional el ingeniero Aquiles Córdova Morán ha dedicado su esfuerzo a impulsar la construcción de la organización, y lo ha hecho como se debe hacer, como lo hace el maestro Aquiles, con el ejemplo.
Con la dirección del ingeniero Carlos Noe Sánchez Rodríguez, líder del antorchismo en el Estado de Tlaxcala, continúo la lucha que años antes habían iniciado con el entusiasmo juvenil, sus hijos, que formaron el grupo los “Macehuales”.
Se conforma el grupo antorchista en la cabecera municipal y con la lucha en el estado y el municipio se logra: Lechería de Diconsa, que entrega 4 litros de leche líquida en bolsa por cada madre de familia, beneficio trascendente para el poblado. Y que existe hasta el día de hoy. Tienda Conasupo. Vivienda: se formaron varios grupos de solicitantes y se gestionó ante Gobierno federal, estatal y municipal, lográndose a) la formación de varias colonias: 1) colonia “Xicoténcatl” en el Barrio de Jesús Huitznáhuac, donde se entregaron lotes y pies de casa con dos recámaras, sala comedor, cocina y baño, patio, lavadero, tinaco, servicio de agua potable, drenaje y energía eléctrica.2) Dos colonias en el barrio de San Lucas, Tlacochcalco. 3) La colonia "La Trinidad", en los límites con el municipio de Amaxac de Guerrero. Paquetes de material de construcción para varios grupos de los barrios y colonias, apoyos de empleo temporal, a la canasta básica y otros. Se logró con el apoyo de los diputados federales antorchistas etiquetar 2 millones de pesos para la pavimentación, "Adoquinamiento" de la calle Revolución, en la colonia El Progreso, en el barrio del Alto.
Éste es un breve recuento de un esfuerzo de años que implicó, comisiones de presión, mítines, marchas e incluso plantones; donde doña Gloria realizó una fecunda actividad, convocando, invitando, haciendo claridad a la gente de lo necesario de luchar, haciéndose cargo de la convocatoria, de la comida para quienes asistían, de lo que se necesitara, siempre con la idea de construir y consolidar a la organización de los pobres de México: Antorcha Campesina.
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