Los antorchistas de la capital de Guanajuato tienen en su poder una minuta de acuerdos firmada por el Ayuntamiento de ese municipio, en la cual se hacen compromisos puntuales, con fechas precisas, para resolver o comenzar a dar solución a las demandas de elemental justicia social que fueron presentadas por ellos, con toda oportunidad, a las instancias correspondientes empezando por el propio alcalde.
La historia se remonta al mes de enero del año en curso, cuando el presidente municipal se comprometió personalmente a atender, de manera expedita, la problemática planteada por los peticionarios encabezados por la dirigencia estatal de su organización, prometió una serie de reuniones de trabajo para darle puntual seguimiento al pliego de peticiones que recibió, aparentemente, de buen grado. Pero, la terca realidad dijo otra cosa, el munícipe nunca más dio la cara.
En abril pasado, los peticionarios cansados de falsas promesas y compromisos de reuniones incumplidas realizaron una serie de manifestaciones por las principales calles de la ciudad para exigir que su máximo representante cumpliera su palabra empeñada. Fueron cuatro los meses de comisiones presionadoras, marchas y mítines que los quejosos tuvieron que realizar ante las distintas instancias municipales incluidas desde luego las oficinas de la sede de la autoridad municipal, para que se pudiera firmar la minuta de acuerdos el 12 de agosto, de la cual, algunos de los compromisos han sido cumplidos parcialmente, pero no todos.
Estamos en el último mes del año y las respuestas del Ayuntamiento de Guanajuato, a las peticiones de obras y servicios públicos que aquejan a cientos de familias pertenecientes a distintas comunidades organizadas con el Movimiento Antorchista, no se concretan, a pesar de que son demandas de urgente y obvia resolución.
Los campesinos y colonos no pueden esperar hasta las calendas griegas para que se construyan, principalmente los caminos que conducen a la comunidad de Molineros en su primera etapa y, a la comunidad de El Zangarro en su segunda etapa, así como la regularización del asentamiento ubicado en el Cerro de la Venada.
La administración municipal adoptó una política que busca desalentar a los antorchistas, haciendo compromisos que luego no cumple con la clara idea de cansarlos y desanimarlos haciéndoles creer que la lucha organizada no tiene futuro y que es lo mismo estar o no organizados.
Claro que no le funcionará su táctica porque el antorchismo ha comprobado desde hace muchos años que, ante este tipo de gobiernos, se debe intensificar la lucha y la organización del pueblo trabajador, así como trabajar en la concientización de este y empeñados estamos en esta gran tarea.
Las garantías de libre asociación, manifestación y petición no están sujetas a la interpretación o a la buena voluntad de los funcionarios públicos. Son, por el contrario, derechos plenamente reconocidos y protegidos por los artículos octavo y noveno de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de observancia obligatoria para todos los niveles de gobierno, so pena de incurrir en una grave violación de nuestra Carta Magna, es decir, en un delito que debe ser castigado conforme a derecho.
En los días actuales, la inmensa mayoría los políticos opositores de nuestro país mucho hablan, critican y condenan, con toda razón desde mi punto de vista, el menosprecio y la violación que recurrentemente realiza el presidente de la República de nuestra ley principal. ¿No estamos ante una conducta y actitud similar de los funcionarios de la administración municipal de la capital del estado y de su jefe?, claro que sí.
Estamos ante un abuso de poder y la pregunta es: ¿qué camino les queda a los Antorchistas? ¿Ante quién deben recurrir en demanda de solución a sus problemas plenamente justificados? ¿Quién es el encargado de obligar a los gobernantes municipales a que respeten estrictamente la ley suprema de la nación?
Nadie debería olvidar, que la hegemonía política termina cuando el desencanto popular crece lenta pero inexorablemente, porque los ciudadanos no encuentran atención a sus más elementales necesidades y se sienten ignorados por sus gobernantes.
Desde esta modesta tribuna, solicito al alcalde Alejandro Navarro audiencia para los asuntos pendientes de sus gobernados adheridos al Movimiento Antorchista, en la que esperamos respuestas concretas.
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