Se ha nombrado “oficialmente” al próximo gabinete que acompañará a la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, durante el siguiente sexenio. En esta designación hemos visto las mismas caras de siempre, hemos escuchado los mismos nombres, pero sobre todo, estamos viendo que será la misma política.
Los “abrazos, no balazos” beneficiarán en cada acción a los grandes empresarios; aunque se dijo que habría más medicamentos y mejor atención, y solamente se promovió la creación de una megafarmacia que no ha logrado atender a más de 50 personas por mes, pues ahí también hay desabasto.
Con Sheinbaum nada cambiará y las políticas “en beneficio del pueblo” seguirán siendo sus tarjetitas, pero ningún cambio sustancial, ni un cambio en las condiciones de vida de los mexicanos.
El simple hecho de tener en mente la creación de un segundo piso de la famosa 4T nos trae a la mente que las cosas seguirán igual, que nada cambiará y que las políticas “en beneficio del pueblo” seguirán siendo sus tarjetitas, pero ningún cambio sustancial, ni un cambio en las condiciones de vida de los mexicanos, pero sobre todo, de los más desprotegidos.
Aumentó la pobreza, y se encarecieron los servicios públicos, ya sea porque cuestan más caros o porque el número de familias que no cuentan con agua, drenaje, pavimentación y energía eléctrica va en aumento. Esta situación pone de relieve la falta de interés por parte de los Gobiernos, que deben crear nuevas políticas para garantizar una vida digna y segura a todos.
Antorcha ha exigido, ha puesto en el punto de discusión, la ejecución e implementación de cuatro ejes que ayudarán a que México camine por un rumbo seguro, que garantice empleo para todos, buenos salarios, impuestos progresivos y, con todo ello, una redistribución del gasto público.
Con estos ejes de trabajo, el Gobierno mexicano garantizaría la mejora de la calidad de vida del pueblo trabajador; garantizaría que todos los mexicanos disfruten de una vida plena, que se adquiera mínimamente la canasta básica, que todos tengan acceso a la educación, salud y vivienda, que todos tengan los servicios mínimos.
Nuestra organización se ha propuesto luchar contra la pobreza. Desde hace 50 años hemos venido cumpliendo con esta tarea, pero hoy más que nunca es necesario apresurar el paso.
Es necesario que todos los antorchistas nos dispongamos a redoblar esfuerzos, nos dispongamos a seguir trabajando, organizando, educando y luchando. Nuestra meta está más cerca que nunca, nuestro proyecto es a largo plazo y no debemos desmayar en ello.
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