En México la educación está por los suelos, en primer lugar por las consecuencias que trajo la pandemia y todo el rezago educativo que ocasionó por dos años de educación de manera virtual; en segundo lugar, por el plan de estudios que el presidente Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de Educación, Delfina Gómez, junto con todo su gobierno conocido como la 4T, pretenden implementar en México. Este plan no tiene una estructura entendible ni clara, no se explica cómo se implementará dentro de las aulas.
Sumado a esto, el problema educativo de por lo menos 628 miles de jóvenes de entre 6 y 17 años que interrumpieron sus estudios debido a la crisis económica derivada de la pandemia, según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo. Además de que el presidente no tiene el mínimo interés en este ámbito y ha dejado a un lado el futuro de los mexicanos.
Por ello, ante tanta mala visión en este sector, el Movimiento Antorchista tiene un proyecto en el que sus escuelas son reconocidas como escuelas progresistas, ya que estas instituciones, que se han formado con el impulso y trabajo de familias de escasos recursos y de jóvenes que emprendieron una lucha por la construcción de estas instituciones, han sido ejemplo de los resultados que puede tener un movimiento estudiantil junto con maestros y padres de familia; así se han formado las instituciones que promueve Antorcha, nada regalado, todo gestionado y luchando para que se construyeran y se pusieran en marcha.
Con tanta falta de compromiso del gobierno, el Movimiento Antorchista cuenta con un proyecto educativo con el cual se busca que el alumno adquiera plena conciencia del deber, acrecentado grandemente como consecuencia de la formación profesional que la sociedad le brinda, de contribuir con todo su saber y su capacidad de trabajo, llegado el momento, al desarrollo y progreso verdaderos, en todos los órdenes de la vida.
En el caso de los docentes, el objetivo es lograr que quienes lleguen a la meta sean hombres y mujeres con una auténtica vocación de educadores, con eros pedagógicos, como reza la definición clásica.
Tratando de los planes y programas se busca reforzar la enseñanza de las ciencias exactas, en particular física, química, matemáticas y bilogía, al igual que la enseñanza de español, ya que la lengua nacional es un instrumento indispensable para la comunicación humana. Además de incorporar al currículo básico la asignatura de las habilidades del pensamiento, el dominio de una o varias lenguas extranjeras, reforzar la enseñanza de la historia. Se propone reforzar el estudio crítico de las literaturas mexicanas y universales.
Se necesita analizar, con detalle, este proyecto para comprender que esta propuesta apoya en todos los sentidos a la educación y es una de las mejores que se han implementado.
Debemos exigir tanto como maestros y estudiantes una educación de calidad para todos los mexicanos y analizar el nuevo plan de estudios que desea implementar el presidente Andrés Manuel y la SEP, ya que en ningún momento se analiza, a conciencia, el apoyo que se pretende dar a los alumnos y que este de verdad sirva para llevar por buen rumbo a la nación.
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