El 2022 nos recibió con un aumento en el salario mínimo del 22%; algunos lo vieron como un “apoyo” para mexicanos que se encuentran dentro del empleo formal, sin embargo; pero se presentó el problema de que el 2022 también nos recibió con una inflación del 7.28%.
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, a través del Consejo de Representantes, es quien se encarga, generalmente en diciembre de cada año, de calcular el salario mínimo que regirá al país por espacio de un año. Aunque dicen que la política salarial está orientada a la contención de la inflación, eso no es del todo cierto dado que aunque el salario aumenta, no lo hace con respecto a las tasas de la inflación y, por tanto, no hay aumento en la capacidad adquisitiva de los trabajadores, pues, la inflación aumenta y los precios de la canasta básica también.
Es una realidad que la gente no gana lo suficiente para adquirir lo que necesita y que sus salarios son tan asfixiantes que no les permiten siquiera llegar al fin del mes.
En el primer trimestre del 2022, el 42.4% de la población tuvo ingresos inferiores al costo de la canasta básica, lo que significa que cerca de 50 millones de mexicanos no pudieron adquirir los productos básicos indispensables para vivir; dicha cifra equivale al total de la población de España.
Hagamos cuentas: el salario mínimo en el centro del país es de 172.87 pesos, lo que significa que el salario mensual está en 5 mil 255 pesos por trabajador. Tomando en cuenta que el costo de la canasta básica mensual es de 9 mil 172 pesos, queda más que claro que el salario no alcanza ni siquiera para lo más esencial.
Ahora bien, toda esta situación ha llevado a un incremento en el número de pobres en nuestro país; es decir, hay más gente que no alcanza a satisfacer sus necesidades básicas, acción que los acerca al Estado, o a sus políticos, para que les den las famosas dádivas o limosnas sociales. Favoreciendo así a que no cambien los gobernantes y empeore la situación de desigualdad en México.
Con todo esto podemos concretar tres situaciones: la primera: si México contara con empleos suficientes y salarios bien pagados ($470 pesos diarios, mínimo) no habría necesidad de recurrir a la limosna social; segunda: el cambio en la política salarial es impostergable, el salario mínimo debe ser orientado al costo de la canasta básica; tercera y con esto termino: los problemas del pueblo se van a resolver únicamente cuando la gente se organice y luche por su propia causa, para que juntos puedan ir por el poder político y cambiar el modelo económico por uno que realmente favorezca a las mayorías, por un modelo económico como el que plantea Antorcha; 1. Más empleos, 2. Mejores salarios, 3. Una reforma fiscal progresiva (que pague más quien gana más y que pague menos quien gane menos) y 4. Una redistribución del gasto social.
Mexicanos organicémonos con Antorcha y juntos saquemos a México adelante.
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