Hasta la fecha, los partidos políticos van y vienen. Y aunque han pasado varios años, no hay ninguna política que se ponga a trabajar en erradicar la pobreza y la pobreza extrema, y eso se debe a que han utilizado diagnósticos inadecuados que no profundizan en los orígenes y causas de este gran mal que aqueja a la mayoría de los mexicanos.
Como podemos ver, los intereses de los grandes monopolios es generar ganancias a costa de todo, y mayormente estando en los puestos públicos; desde ahí es que se pueden manejar los hilos y maniobrar a cualquier títere que se ponga como presidente. Un gran ejemplo de ello es AMLO, quien llevaba el eslogan de “Primero los pobres”, y después de cinco años de presidente, podemos llevar a cabo una evaluación cualitativa y cuantitativa que arroja los peores resultados de la historia en seguridad, salud, educación y otros sectores de la sociedad.
El pueblo dividido es polvo humano y como polvo no puede combatir con fuerza. Para dejar de ser polvo debe unirse: entonces se convertirá en roca y podrá romper cualquier obstáculo.
Como ha sido y se ha manejado hasta la fecha, quien gana las campañas políticas es el que pudo invertir más y quien mejor usó los recursos para manipular y comprar votos. Gana el que tiene los recursos para hablar y manipular de cualquier forma a la población para que lo voten. Una población que ha sido educada y preparada para aceptar el dinero que le ofrecen y los programas que le dan, aprovechándose de las necesidades que padece la gente humilde y trabajadora.
Despensas, láminas, tinacos, medicamentos, dinero, y es precisamente de lo que se trata es que queden los mismos de siempre, la misma clase política que beneficia los intereses económicos de la clase dominante.
Se demuestra rápidamente que el sistema económico es determinante para lo político (aunque algunos se aferren a separar lo económico de lo político), y que la clase pobre está impedida para participar en esta supuesta democracia.
Siempre ven con malos ojos que participe una persona del pueblo que ve, conoce y vive las necesidades; siempre salen con el argumento de que no sabrá gobernar. Pero ¿de qué sirve que sigan los mismos políticos como chapulines que comúnmente los conocemos, que ya sabes su trayectoria política, su arrogancia y prepotencia teniendo un puesto público al servicio de la gente y para el pueblo?
El pueblo debe tomar conciencia y debe buscar liberarse de las cadenas que lo oprimen. Debe unirse, unificarse, convertirse en uno solo, en una unidad indisoluble e inquebrantable que tome el poder político para defenderse de este cruel sistema capitalista.
El pueblo dividido es polvo humano y como polvo no puede combatir con fuerza. Para dejar de ser polvo debe unirse: entonces se convertirá en roca y ahora sí, podrá golpear y romper cualquier obstáculo. Así debe ser el voto del pueblo.
Debe aliarse con un proyecto que mejor represente sus intereses inmediatos y a largo plazo; que mejore sus condiciones materiales en su colonia, pueblo, barrio, municipio, estado o país. Y en caso de que el candidato no resuelva, prepararse para la lucha inmediata.
Pero lo más importante es que el pueblo eleve su conciencia, se prepare para que en el futuro lleve a sus mejores hijos a crear el partido de los trabajadores y luche incansablemente por la toma del poder político nacional y la construcción de una sociedad menos injusta y desigual, que procure una distribución equitativa de toda la riqueza social.
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