Estoy profundamente convencido, de que, para el análisis de cualquier problema con las mayores posibilidades de acertar, es haciéndolo desde el punto de vista de la lucha de clases; porque finalmente como es sabido, toda la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Por esta razón, opino que siendo la educación un instrumento para generar, moldear e influir en el pensamiento del hombre y como su consecuencia inmediata influir en su modo de actuar, es decir en lo que hacen los hombres; cobra un papel muy relevante, valioso y decisivo en la marcha de la sociedad, y por eso también su monopolio (el de la educación) ha sido disputado de manera encarnizada.
En los tiempos modernos, entre los varios problemas que se viven en la educación del país está el de la diferencia entre la educación pública y la educación privada, problema que se manifiesta más declaradamente a partir del gobierno del general Lázaro Cárdenas quien con un espíritu humanista pretendió darle a la educación pública de México, una orientación de corte socialista con lo cual le otorgaba una mayor prioridad a los intereses sociales y postergaba a un segundo plano los intereses de los particulares, quienes como era natural opusieron a la educación pública estatal la educación privada que salvaguardara y favoreciera sus intereses.
Es así como aparecen dos tipos de educación de diferente calidad; aun cuando teóricamente no debiera ser así puesto que el estado representante por antonomasia de los intereses del poderoso habría tenido que aplicar una educación que favoreciera y velara por los intereses de esos mismos poderosos y velara y favoreciera la permanencia de ese mismo estado de cosas; sólo que, aquí surge el imponderable de que el general Lázaro Cárdenas, producto de la revolución mexicana, pretendía erigirse en defensor de los intereses del pueblo y de la nueva clase emergente.
...Sin embargo el tiempo avanza inexorablemente y la política y la figura del general se deslían y poco a poco el Estado se va tornando cada vez más en el representante genuino y eficiente de la clase que representa, de modo tal que en los días que corren se han borrado casi por completo todas las diferencias de objetivos programáticos que se plantearon en un tiempo entre la educación pública y la privada y ahora ya la educación privada es la pública y la pública es la privada en cuanto a su contenido; pero en cuanto a sus objetivos y/o en cuanto a sus intereses materiales la educación privada ha pasado a estar de manera abierta y agresiva al servicio de la clase en el poder la cual la mira y la trata como a una fuente inacabable de pingües negocios para cuya realización solo encuentra en su camino el obstáculo de la educación pública razón por la que se plantea como objetivo extinguirla para acabar siendo como en todo dueña y señora, amo absoluto de la educación por así convenir a sus intereses. Muy bien; nosotros pudiéramos pensar que de acuerdo con la legislación vigente, el Estado tiene ese derecho, y hasta la obligación de hacer lo que a sus intereses convenga; pero ¿y nosotros, el pueblo, los trabajadores, los pedagogos de a pie, el magisterio en general, qué piensa, qué se propone hacer, cuál cree que deba ser su respuesta y su conducta ante este embate aniquilatorio de la educación pública, y de los derechos populares; a una educación que le es útil y necesaria en grado sumo?
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