Las tres mujeres, sentadas a la mesa en espera de que termine de cocerse un guisado de pollo en chile pasilla, se muestran tímidas a la hora de contar la historia de cómo consiguieron el lote número 47 donde ahora construyen su casa.
Finalmente se anima a hablar Enedina quien, al igual que sus acompañantes, es originaria de Pinotepa Nacional, Oaxaca. Su relación, sin embargo, es dubitativa, temerosa, como si temiera confesar un delito y esperara ser juzgada por lo que va a decir.
"Llegamos hace seis años a la casa de mi cuñado. Después nos salimos y rentamos un cuarto, no teníamos dónde dormir, sólo cartones y periódicos; tampoco teníamos cobijas, mesa, sillas, nada. Pero ya estábamos rentando un departamentito. Mi esposo es jardinero y yo trabajo limpiando casas, pero aun así no nos alcanzaba y poco teníamos para ahorrar. Mucho tiempo vivimos así, rentando. Ya después nos venimos para acá, donde dicen que nos pueden apoyar con un terreno si luchamos y le echamos ganas. Ahora vivimos provisionalmente en esta su casa".
La casa provisional de Enedina, quien cobró confianza y hasta nos invita un refresco, es en realidad un solo cuarto de cuatro por seis metros construido con lonas plásticas de publicidad, madera, triplay y láminas de cartón, además de un vidrio que cubre la única ventana que tiene la vivienda. En ella habitan su esposo, su hija más pequeña de apenas seis años y su sobrina que también se vino de Pinotepa.
Cuenta que sus hijas más grandes se casaron y viven con sus esposos en un terrenito que consiguieron en el área metropolitana de la CDMX (DF). Esto le ha servido de ejemplo, porque ahora ella sueña con tener su casa en la capital pues acá, dice, "no se vive tan mal", a diferencia de su pueblo de origen donde "los niños no tienen buena educación y siempre andan sucios… Acá mi hija ya tiene sus amigas y convive con más gente", dice satisfecha.
La casa de Ene, como la llaman sus vecinos, está ubicada en una de las bodegas de la calle Buena Suerte, en la delegación Tláhuac, en el límite con Iztapalapa, apenas a dos cuadras de la estación Los Olivos de la tristemente célebre línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Los problemas que Enedina ha tenido para hacerse de una vivienda digna y segura en el DF son iguales a los que han padecido Margarita y Josefina y hoy padecen centenares de miles de capitalinos. Superarlos resulta toda una odisea y quienes lo logran acometen una hazaña.
Y lo es porque hay que recordar que la ciudad de México tiene un déficit de 200 mil viviendas y que este problema provoca la expulsión anual de igual número de personas hacia la periferia, quienes al conservar sus empleos en la capital tienen que invertir entre dos y tres horas en trasladarse, según estimaciones de Felipe de Jesús Gutiérrez, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).
Este éxodo hacia el área conurbada, que involucra anualmente a unas 30 mil familias, requiere de atención urgente y para atacarlo el Gobierno de la CDMX (GDF) deberá incrementar los recursos destinados a la vivienda en su Presupuesto de Egresos 2016, asegura el diputado local Alejandro Ojeda.
En los últimos años el presupuesto del Instituto de Vivienda de la CDMX (IVDF) ha fluctuado entre dos mil 500 y dos mil 600 millones de pesos, por lo que se debe analizar la posibilidad de aumentarlo a tres mil o tres mil 500 millones de pesos, dijo el asambleísta.
Alza del 10 por ciento en las viviendas
El índice de Precios de la Vivienda en México, de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), revela que los precios de la vivienda en la capital del país aumentaron en el segundo trimestre de 2015 el 9.34 por ciento con respecto al mismo periodo de 2014. ésta es su mayor alza desde el segundo trimestre de 2012.
El incremento registrado entre abril y junio de 2015 representa la segunda mayor alza en los precios de la vivienda en el DF desde que la SHF empezó el registro de precios en México, en el primer trimestre de 2008. En 2012 los precios de las casas aumentaron el 9.68 por ciento.
A nivel nacional, los precios de la vivienda aumentaron el 6.38 por ciento, lo que representó también su mayor incremento desde 2012, de acuerdo con la SHF. La entidad que registró el mayor aumento de precios de vivienda fue Tamaulipas, con un incremento del 9.58 por ciento, le siguió el DF y en tercer lugar estuvo Durango, con el 9.09 por ciento.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó en su más reciente estudio que de 2012 a 2014 se redujo en 68 mil el número de personas que vivían en pobreza extrema en el DF. El Jefe de Gobierno atribuyó la reducción a "un posible efecto de la transferencia y trabajo con los programas sociales" y a "la sustitución del cobro y multas a la administración pública local con base en el salario mínimo por la Unidad de Cuenta de la Ciudad de México".
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la capital inmediatamente expresó su beneplácito por estas cifras, atribuyendo éstas a la "superioridad del proyecto social de izquierda" en la ciudad sobre los logros que el vecino Estado de México, gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) obtuvo en ese mismo rubro.
El titular de Seduvi explicó la expulsión de habitantes como un proceso de "transformación y desarrollo, no de crecimiento", agregando que "han tenido que trasladar a la periferia… como parte de la transformación demográfica y económica de la capital". El Instituto Mexicano de Urbanistas (IMU) dijo a su vez: "Quienes salen de las 16 delegaciones tienen motivos más bien económicos y responden a las políticas de vivienda que se implementaron en los dos sexenios anteriores.
Tanto Seduvi como el IMU coinciden en que la explicación sobre la emigración del DF tiene que ver principalmente con la política de vivienda, pero no con su carencia, sino con el encarecimiento del valor del suelo, producto de las políticas urbanas vigentes. La Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) señaló a principios de este año que la política urbana del DF ha creado un mercado de vivienda "elitista" en la ciudad.
En 18 años de gobiernos perredistas sólo el 5 por ciento del total de la vivienda construida ha sido de interés social, según datos de Canadevi-Valle de México. Al subir el precio del suelo, la vivienda de interés social se hizo incosteable y se fue a la zona metropolitana.
Sin patrimonio propio
Margarita López calcula tener al menos unos 75 años, pues no recuerda su edad porque sus papeles se quemaron en un incendio, al igual que la mayoría de sus enseres domésticos de mayor utilidad: su cama, su estufa y su refrigerador. "Todo se volvió cenizas una noche de invierno, el 29 de diciembre para ser exactos", dice.
"La lumbre comenzó por la cortina, se extendió por el colchón que estaba junto a la ventana; se quemó el mantel, el refri con las pocas cosas que ahí habían y la estufa, los trastes y la poquita de ropa que yo tenía. Dicen que fue por un cohete, o que porque la corriente de los cables de afuera se sobrecalentaron. Quién sabe; cuando regresé ya estaba todo quemado; había bomberos pero nada más dijeron que no se podía salvar nada… Me fui a quedar con la vecina, nada más soy yo. Mis hijos ya se casaron y andan por los Estados Unidos, yo nomás vivo acá en el DF, ahorita estoy rentando ahí con lo que sale, para el taco, para la renta y pues en eso se acaba todo", añade. Sus manos no dejan de trabajar, dice, vendiendo chicharrones en la calle: eso es lo que le ha dado de comer todos los días.
Doña Mago es nativa de Iztapalapa, vende chicharrones y dulces en la calle, con lo que saca poco más de 100 pesos diarios –descontando la cuota que paga por el espacio público– y renta un cuarto en una unidad habitacional cercana al Eje 6. Paga por la habitación mil 550 pesos mensuales, precio que poco antes era menor, "pero como todo sube también a mí me subieron la renta".
Habla con mucha tristeza de la casa que tenía en la delegación Milpa Alta, antes de morir su esposo y de que sus hijos salieran de casa. En esa demarcación trabajaba en su nopalera, pero cuando se empezó a sentir sola vendió lo poco que le quedaba y se vino a probar mejor suerte a Iztapalapa, un poco más cerca de las entrañas de la capital. "Vive al día, pero vivo, que es lo bueno", sustenta.
Cifras oficiales señalan que por lo menos el 65 por ciento de las familias que viven en el DF no cuentan con patrimonio propio, pues alrededor del 59 por ciento del ese 65 renta algún departamento casa o cuarto, mientras que el otro seis por ciento vive en predios irregulares o en la calle.
Con el objetivo de remodelar 100 unidades habitacionales con fallas estructurales, así como de entorno, el gobierno federal invertirá cerca de mil millones de pesos en lo que resta a la administración actual (2016, 2016 y 2018), informó Alejandro Murat Hinojosa, director general del Instituto Nacional del Fondo de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
El funcionario explicó que en dicho programa participan, además del Infonavit, la Sociedad Hipotecaria Federal, el Fondo de Operación y Financiamiento Bancario a la Vivienda y la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Sedatu).
"Hay siete mil 235 unidades habitacionales en el DF, el 25 por ciento de la población del DF vive en unidades habitacionales; el Infonavit ha financiado alrededor de 738 de estas unidades (...) El proceso y la metodología que se siguió fue a partir de atender a las unidades más viejas", detalló el funcionario, durante el marco de la presentación de resultados del programa piloto Mejorando la Unidad.
Murat Hinojosa detalló que con este programa el valor de las viviendas de las unidades habitacionales aumentará. "Cuando iniciamos la intervención había un costo (de las casas dentro de las unidades), y hace dos semanas un departamento se vendió en 40 por ciento más de su valor", dijo.
El programa piloto Mejorando la Unidad ha atendido a 10 unidades habitacionales en seis delegaciones de la CDMX en beneficio de 10 mil507 personas que habitan en 3 mil 513 viviendas. La inversión para esta primera fase del programa fue de 188.52 millones de pesos.
El director del Infonavit informó que el programa cuenta con la participación de varios arquitectos en el diseño de los proyectos de rehabilitación de las unidades habitacionales. "Se pudieron atender alrededor de seis delegaciones. El 50 por ciento de las obras se ejecutaron en Iztapalapa y fue un trabajo conjunto con el GDFl", explicó.
Aquí es mejor no soñar
Josefina tiene 25 años, dos hijos, uno de aproximadamente cinco años y una bebé de brazos. Los tres habitan en una "tienda de campaña" improvisada con lienzos de plástico amarrados a dos árboles del jardín de San Fernando, ubicado en la esquina de Puente de Alvarado y la avenida Guerrero. En el interior de la improvisada vivienda hay un sillón viejo y sucio recogido de la basura.
La Jose¸ como le llaman sus amigos, se dedica a limpiar vidrios para reciclar. En alguna ocasión trató de buscar trabajo, pero "como iba mal vestida, nomás dijeron que no. A veces ayudo a sacar basura, pero en el semáforo se saca bien para la papa".
Nunca ha soñado con tener casa propia; sabe que su destino y el de sus hijos es vivir en la calle, aunque siempre desea que le vaya mejor para que éstos puedan salir de la pobreza. Pero aquí, dice, "es mejor no soñar, luego te ilusionas y nomás pues nunca vas a poder llegar a tener algo propio, como pasa en las novelas; eso a los pobres nunca nos pasa".
Su relato se corta, pues la llama uno de sus compañeros, quien le dice que ya es hora de trabajar. Entonces se aleja de su "casa", no sin antes dejar al hijo de brazos, ya dormido, sobre el sillón. Un perro, que seguramente también pertenece a la familia, resguarda al pequeño.
Los últimos datos del Gobierno federal, actualizados a 2011, señalan que en el DF existen tres mil 282 personas que viven en la calle, debido en unos casos a la falta de oportunidades para adquirir viviendas, en otros a problemas familiares y los más a la indigencia.
Aunque el gobierno de la ciudad dice tener un plan definido para solucionar la insuficiencia de viviendas en la capital, la verdad es que sus proyectos en operación apenas alcanzan a cubrir el 65 por ciento de las 200 mil viviendas que hacen falta. Esta misma disparidad existió en el gobierno de Marcelo Ebrard (2006-2012), quien atribuyó a la falta de presupuesto su mal desempeño en este rubro.
El Diario Oficial de la Federación publicó el 7 de febrero de 1983 una decreto de adición a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el que el nuevo contenido de la legislación materia de vivienda establece que "toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa" y que las leyes reglamentarias establecerán "los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo".
Han pasado 32 años y las leyes, tanto la constitucional como reglamentaria, siguen vigentes pero en la realidad socioeconómica del país tal objetivo no ha sido posible siquiera en la capital de la República, donde desde 1997 ha habido tres gobernadores de "izquierda".
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