Veo y escucho a la gente muy preocupada al hablar de política electoral; exclama con coraje, y no es para menos: “tambien Morena nos volvió a engañar”; esto, y otro rosario de improperios que, por respeto a mis escasos lectores, no me atrevo escribir. Entre la opinión que se escucha, coinciden en un reclamo generalizado: la falta de obras publica y de servicios públicos; es decir, un pésimo servicio municipal de recolección de la basura, tiraderos de residuos que son focos de infección, falta de luminarias en las calles y jardines; la seguridad pública brilla por su ausencia, cuando más se necesita por los constantes robos a casa habitación; agua sucia que cae en algunos domicilios, o peor aún, a cuenta gotas por falta de presión en las bombas, o por falta de mantenimiento preventivo y correctivo en las redes y depósitos de este vital líquido.
Y ante el reclamo la respuesta es la misma: no hay dinero. Los recortes federales por la austeridad republicana, golpea gravemente el desarrollo municipal, y es así como el gobierno de la 4T castiga. El que prometió “primero los pobres”, no lo refleja en lo más mínimo en el diario vivir del pueblo que más necesita. ¿Que hacer ante el abandono social de este gobierno y su 4T? Y hay más.
Ante la falta de atención a la salud, donde ya contamos con cerca de 220 mil muertos por covid-19, según datos dudosos de la Secretaria de Salud, y que, según fuentes externas suman más 550 mil víctimas, se vuelve necesario la aplicación masiva y acelerada de la vacunación, y no solo en personas mayores de edad; es urgente y necesaria la vacunación de todos los estudiantes antes del regreso a clases, como ya se anuncia, o el contagio del se multiplicará en todos los rincones del país y colapsará el sistema de salud; cómo ya sucedió cuando el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dijo que “ya se estaba domando la pandemia”.
Urge la vacunación para evitar mayores contagios, y así, poder activar la economía de nuestra nación, ya qué, cada día se suman por miles hombres y mujeres en busca de un empleo digno y bien pagado; y en las calles y cruceros más concurridos de la ciudad, miramos el rostro de la miseria, vendedores ambulantes que ofrecen los más diversos productos del campo, y chucherías de la ciudad; otros, hacen malabares, o piden una limosna por amor de Dios, para comprar medicina con la receta en la mano. El pueblo busca la solidaridad entre el mismo pueblo, porque solo ellos entienden el dolor de sus semejantes. El pueblo también se cansa; y bien repetía el abuelo Juan: “el hambre se aguanta hasta el medio día, y el hambre es mala consejera”. ¡Y se tiene que comer! No se puede soportar el llanto de los niños con hambre.
Ante está tragedia nacional, tenemos una puerta abierta, y con mucho acierto lo creo yo así. La respuesta que dio el ingeniero Aquiles Córdova Morán, líder del Movimiento Antorchista Nacional, que golpea una vez más la conciencia del pueblo de México: ¡educar y organizar al pueblo pobre de México para tomar las riendas del país! Y además agregó también: Los antorchistas somos respetuosos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nos hemos manejado siempre dentro de la ley, hemos gestionado por los canales adecuados para resolver nuestras demandas, somos pacientes, tolerantes con los acuerdos firmados con el gobierno en turno, así ha sido nuestro actuar.”
En esta contienda electoral que se avecina, se han postulado compañeros antorchistas en puestos de elección popular: diputados federales, diputados locales, presidentes municipales y regidurías; puestos de elecciones que se han ganado a pulso por el número de votos que representa esta organización de los pobres.
Si el pueblo pobre gestiona obras y servicios municipales, estatales y federales, y no son atendidos y solo reciben un trato político, tienen que luchar entónces tambien, por el poder político, y desde ahí, gestionar y legislar en favor de la gran masa trabajadora, que son estos, los generadores de la riqueza nacional, y son a la vez los más maltratados, los que carecen de vivienda digna, aunque muchos de ellos sean albañiles; carecen de medicamentos cuando se enferman; los que no pueden enlazarse a las clases a distancia por falta de internet o un dispositivo inteligente, y de aquí se desprende que, a casi tres años de gobierno de López Obrador, no a podido resolver lo que tanto crítico de los sexenios pasados. Con estos antecedentes afirmo una vez más que, el de López Obraor, no es un gobierno de los pobres.
Este seis de junio tenemos la oportunidad histórica de influir con nuestro voto masivo, en un nuevo rumbo para nuestro país. Muchos, muchísimos antorchistas estarán tocando las puertas de pueblos y colonias para dar a conocer las propuestas, que mejor representen los intereses de la inmensa mayoría de la clase trabajadora. Y ni un voto para morena.
Vota por los candidatos antorchistas, vota por los candidatos que den garantías de solucion, a las necesidades más apremintas de nuestras familias. Estamos a tiempo.
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