Estamos en el mismo mar y bajo la misma tormenta, pero no en el mismo barco. Esto viene a colación porque, a raíz del reciente estudio del Coneval, mucho se insiste en la prensa que los resultados de dicho estudio, los cuales revelan que los índices de pobreza aumentaron de manera general en todo el país, se deben fundamentalmente a los efectos de la pandemia de covid-19.
Sin embargo, sin dejar de registrar que al disminuir la afluencia de obreros a los centros de trabajo por el confinamiento se redujo la producción de riqueza en general, pues es la explotación de la fuerza de trabajo la generadora de la plusvalía, es importante señalar que, mediciones internacionales como las hechas por la Oxfam, han puesto al descubierto que en el mismo período, las fortunas de los hombres más ricos del planeta y del país, no sufrieron decremento, sino que, por el contrario, aumentaron y lo hicieron, incluso, a una velocidad mayor a la de periodos normales. Por lo que la explicación del aumento de la pobreza no puede ser la pandemia, sino el manejo de ésta, por parte de la sociedad concreta de que se trate, pues no sucedió lo mismo, por ejemplo, en el caso de China.
En estos días, se ha dado a conocer que en San Luis Potosí se deterioró el ingreso de las potosinas, ya que el “salario femenil sufrió un recorte de 4.2% según estudio del Coneval” (El Pulso diario de San Luis, del 4 de febrero de 2023). Al respecto, la nota señala que, al comparar los ingresos promedio,… el ingreso per cápita de las potosinas cayó 4,20% al perder 220,67 pesos en 4 años… En el tercer trimestre de 2019, el ingreso femenino fue de 5 mil 181,09 pesos. Durante el mismo lapso de 2022, bajó a 4 mil 960,42…
A propósito de la próxima celebración de 8M (8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer), me interesa poner de manifiesto, en esta ocasión, que si bien es cierto que existe diferencias de género, no es la división fundamental en la que se encuentra dividida la sociedad y que forja el carácter de las relaciones sociales fundamentales que son las de producción , hacen que, por ejemplo, el papel sometido de una mujer dependa más de su condición de pertenencia a la clase social de los pobres, de los desamparados, que a su condición de mujer; por ejemplo sería imposible que un hombre por machista y bragado que se considere pudiera dar órdenes, ya no agredir, a una alta ejecutiva de las finanzas o de la política; en cambio, ésta si puede, y a menudo acontece, hacerlo no con uno, sino con cientos y quizá miles de seres humanos que están en calidad de subordinación con respecto a ella; de donde se desprende que no es la condición de mujer, o no en lo fundamental, lo determinante en que alguien padezca las desgracias propias de la explotación y el sometimiento, sino de la pertenencia a una clase social determinada que depende, de la forma en que se recibe la porción de riqueza social, como salario o como ganancia; de la propiedad o no, sobre los medios de producción; y de si se es productor directo o no, es decir si se es trabajador, directo o indirecto, o no trabajador.
Ante este panorama, las trabajadoras de San Luis, las mujeres en general, deben buscar, además de la solución a sus demandas concretas, sean de índole económica o cualquier otra reivindicación que como género pudieran plantearle a este sistema, que en efecto les tiene asignado un papel bastante marginal, en unión con todos los miembros de la clase trabajadora, hombres, mujeres y niños, que al igual que ellas padecen las injusticias, las malas condiciones de vida, la explotación de la fuerza de trabajo, la falta de empleo, de salarios remuneradores, de falta de vivienda, falta de servicios, e incluso las mismas frustraciones por la falta de condiciones para un desarrollo integral de la personalidad de los seres humanos en una sociedad individualista que ha hecho de la obtención y acumulación de riqueza, de valor, que al no ser otra cosa que trabajo socialmente necesario encerrado en una mercancía, tiene que salir indefectiblemente de la explotación de la fuerza de trabajo de los productores directos y concentrarlo en las pocas manos.
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