No hay funcionario que hable o actúe en contra de los estudiantes o de la educación. Todos los políticos, hasta los más nuevos e inexpertos, siempre se deshacen en halagos y flores para los jóvenes y los impulsan a educarse con entrega porque son, como les dicen, “el futuro de México”. Públicamente siempre ha sido así. Pero las cosas cambian totalmente cuando esas adulaciones en los discursos deben convertirse en realidades y apoyos para los estudiantes. Cuando el estudiantado organizado empieza a exigir sus derechos, entonces ya no hay porras, es entonces cuando aparecen los ataques.
Los jóvenes de Amozoc, aquí en Puebla, sufren ahora este problema. Los 200 estudiantes del Bachillerato Digital No. 283, ubicado en el barrio de Tepalcayuca, desde hace tres años solicitaron al presidente municipal de Amozoc, Mario de la Rosa, la donación de un terreno para la construcción de su escuela, misma que cuenta con clave de funcionamiento ortogada por la SEP porque cumple con todos los requisitos oficiales para operar.
En 2019, ante la petición de los padres de familia y de los jóvenes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”, la SEP le concedió al bachillerato la clave de funcionamiento, pero con la condición de que se construyera de inmediato la escuela dado que ahora la escuela funciona en instalaciones prestadas. Fue, pues, un logro de los jóvenes.
Comenzaron entonces con una nueva fase de la lucha: la construcción de una escuela que, desde sus planes, debería tener salones, canchas deportivas, dirección, sanitarios, laboratorios, sala de cómputo, biblioteca, salones para la práctica de actividades artísticas y un patio central techado. En México, los gobiernos de todos los niveles se rehusan a construir escuelas de calidad para los jóvenes y, casi siempre, es necesario exigírselas. Eso hicieron los jóvenes de Amozoc y el primer paso fue pedirle a su presidente municipal, Mario de la Rosa, la donación de un terreno para la construcción del bachillerato.
En el barrio de Tepalcayuca, gracias a la lucha organizada de la población, ellos ya tienen el kínder Tlamalistli, la primaria Gregorio de Gante y muy cerca de ahí la Escuela Secundaria Técnica No. 147. Ahora, como vemos, es necesario el bachillerato. Así fue como se creó el Bachillerato Digital No. 238, al que ahora acuden cerca de 200 jóvenes humildes de la zona que desean terminar sus estudios del nivel medio para poder después ingresar a la universidad.
Mario de la Rosa es un presidente municipal emanado de las filas de Morena. Cuando estuvo en campaña, haciendo promesas a diestra y siniestra ante la población para ganarse simpatías y votos, se comprometió con la donación del terreno para la construcción del bachillerato. Pero una vez que ganó la alcaldía, ahora se olvida de sus promesas y dice que no donará el terreno y que construirá una nueva primaria al lado de la que ya existe, lo cual es una locura por dos cosas: primero, porque no es necesaria una nueva primaria en donde ya hay una y, segundo, porque eso viola los estatutos impuestos por la SEP que dicen que las escuelas del mismo nivel deben estar separadas por 1.5 kilómetros de distancia.
Lo necesario es un bachillerato para los jóvenes, pero el presidente municipal se ha negado a solucionar a la petición de los estudiantes, porque él sabe que un pueblo educado es un pueblo crítico y exigente. Y Morena, desde luego, no quiere un pueblo exigente.
Como no han sido escuchados, los jóvenes de la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) iniciaron hace algunas semanas una intensa jornada de lucha: han realizado seis manifestaciones en Amozoc, campañas de difusión de volantes y campañas en redes sociales para denunciar a un alcalde que se opone a la educación. Los jóvenes tienen toda la razón y tienen, cuando así lo necesiten, el apoyo del Movimiento Antorchista.
En un país que tiene un alto rezago educativo, en donde millones de jóvenes no saben matemáticas o español, en donde la gente casi no lee a los genios de la literatura, en donde el gobierno implementó un sistema de educación a distancia que no sirve para nada, en donde no se les pagan buenos salarios a los maestros, en donde se amenaza con cárcel a los científicos e investigadores, en donde el presidente “crea” supuestas universidades que dan pena ajena, en un país en donde decenas de miles de escuelas son de palitos, no tienen agua potable, internet, aulas y en donde, desde el gobierno federal, estatal y municipal, se impulsa la ignorancia, la exigencia de los jóvenes de Amozoc nos da a todas las mentes progresistas un respiro y nos dice que los jóvenes mexicanos son muy inteligentes porque luchan por la educación y nos dice a todos que, en efecto, tenemos fututo.
Por eso, Antorcha se suma a la lucha de la FNERRR, la apoya y les dice: no están solos. La humanidad ha vencido al oscurantismo antes y ahora lo volveremos a hacer.
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