La mixteca poblana sufre la falta de agua potable. Por su ubicación geográfica es una región seca, pero con la crisis ecológica la falta de lluvias es mayor, con preocupación los habitantes de la región ven la escasez, tanto para uso doméstico como para riego en los cultivos, voltean a todos lados y no ven cuál es la solución a tan gravísimo problema. Veamos las causas que originan estas crisis.
“En las formaciones económico-sociales fundadas en la propiedad privada sobre los medios de producción -fuente de antagonismos sociales-, por regla general se excluye la posibilidad de transformar planificadamente la naturaleza y utilizar racionalmente sus recursos. Una actitud rapaz hacia las riquezas y recursos naturales conduce a su agotamiento y al deterioro del medio geográfico. Tales procesos se acentúan de modo especial en el capitalismo, con su producción anárquica y competencia, donde el saqueo y el desmedido uso de los recursos naturales realizado con modernos medios técnicos, alcanzan magnitudes amenazantes, dando así origen a la crisis ecológica.
La crisis ecológica es la destrucción, el daño grave e irreparable o de difícil recuperación ocasionado al medio natural circundante y que en el mundo capitalista está motivado por la explotación irracional y rapaz de los recursos nacionales por parte de los monopolios imperialistas; daño que va tomando magnitudes tan grandes que se ha convertido en una amenaza para la salud de la población y en obstáculo para el aumento de los recursos alimentarios y para el crecimiento de la producción industrial. La crisis ecológica es un testimonio del carácter profundamente contradictorio de la utilización del progreso científico-técnico en la sociedad capitalista; se revela como una señal de la descomposición del capitalismo que conduce a un desarrollo deforme de las fuerzas productivas, factor importante de la agudización de la crisis general del capitalismo”. (Materialismo histórico; F. Burlatski. Página 36 y 37).
La crisis ecológica es también parte de la crisis del sistema capitalista que debe llegar a su fin, para ello es necesario crear conciencia, no solo del deterioro ambiental, sino de las lacras del capitalismo: analfabetismo, ignorancia, desempleo, pobreza, hambre, enfermedades, falta de agua potable, de vivienda, de electricidad, de calles pavimentadas, la desertificación, la tala inmoderada de bosques, el cambio climático, inundaciones, ciclones, sequías, erosión de los suelos, plagas, hambre y muchas tragedias más.
“Nuestra especie, por primera vez, corre el peligro de extinguirse por las locuras de los propios seres humanos, víctimas de semejante civilización. Hace unos quince años, lo dije en un discurso ante la Cumbre Ecológica de la Tierra que se efectuó en Río de Janeiro en 1992, convocada por las Naciones Unidas, y muchos pensaron que exageraba y me tildaron de catastrofista. Dije allí que una especie zoológica estaba en peligro de desaparecer: el hombre. El tiempo me ha dado la razón, desgraciadamente cada día con mayor claridad”. (Fidel Castro, biografía a dos voces; Ignacio Ramonet. Página 360)
Si bien es cierto que se nos dice en la propaganda que plantemos un árbol, y muchos nos preguntamos que en dónde, porque yo quiero plantar no uno, sino millones de árboles, pero no tengo las posibilidades de hacerlo. Entonces, ¿quién debe plantarlos? ¿Quién podrá cuidarlos? Una sociedad capitalista no puede, porque privilegia el carácter privado de la propiedad, no lo hace ni lo hará; solo una sociedad organizada, en un modelo diferente, una sociedad que privilegie el desarrollo social integral, donde se utilice la tecnología para crear satisfactores para el bienestar de la población, pero sin acabarse los recursos naturales.
La sequía nos está afectando a todos, pero el sistema capitalista es totalmente inútil para poder ponerle fin, no es ni será su prioridad, por lo que debemos pensar en un cambio radical de sistema, llámese socialismo o como se quiera llamar, tenemos que construir una sociedad bien organizada para su desarrollo, para salvar a la humanidad de un desastre.
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