El Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), en su boletín mensual, publicado el primero de diciembre de 2022 y elaborado por la Dirección de Información Estadística Económica y Financiera, informa que en el tercer trimestre la población que no puede adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral en Jalisco fue de 25.2 por ciento, porcentaje inferior al promedio nacional de 40.1 por ciento. Con base en estos datos, en días recientes, los medios de comunicación dieron a conocer que la canasta básica es inalcanzable por pobreza laboral.
Con respecto al trimestre inmediato anterior, la pobreza laboral de Jalisco aumentó de 22.9 por ciento a 25.2 por ciento. A nivel nacional, se observa un patrón de comportamiento similar ya que el porcentaje de la población en pobreza laboral aumentó de 38.3 por ciento en el segundo trimestre de 2022 a 40.1 por ciento en el tercer trimestre de este año. El ingreso promedio mensual en Jalisco en el tercer trimestre de 2022 es de 8,418 pesos.
De acuerdo con el IIEG, la población económicamente activa (PEA) en la entidad, asciende a 4,140,158 personas al tercer trimestre de 2022. En cuanto al nivel de ingreso, durante el tercer trimestre de 2022, se observa que el 17.9 por ciento de la PEA ocupada recibe como ingreso hasta un salario mínimo, un 44.5 por ciento reciben de uno hasta dos salarios mínimos, 19.1 por ciento están en el rango de dos y hasta tres salarios mínimos, y solamente un 5.9 por ciento reciben más de tres salarios mínimos al mes.
Para entender mejor los datos que manejan las estadísticas oficiales, considero que es necesario explicar en qué consiste la pobreza laboral. Una explicación muy convincente es la que maneja el Colectivo de Científicas y Científicos Sociales, mayoritariamente economistas; “México Cómo Vamos”, la organización sin fines de lucro dice que la pobreza laboral es una situación en la que el ingreso laboral de un hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros. Hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales.
Con lo expuesto brevemente, tenemos que darnos que la solución no es tan sencilla. Investigadores de la Universidad de Guadalajara (UdeG) calculan que para adquirir los 123 productos de la canasta básica se tienen que destinar 11 mil 529 pesos. Si a eso le agregamos servicios como el pago de la luz, agua, teléfono y renta, se necesitarían alrededor de 22 mil 182 pesos para tener todas estas condiciones de forma mensual. Además, si las personas tienen alguna enfermedad crónica deben atender gastos en medicamentos y consultas que podrían elevar el presupuesto hasta los 38 mil 546 pesos.
Aparte de los informes oficiales, todos sabemos que los trabajadores reciben bajísimos salarios y ni siquiera les alcanza para alimentar a sus familias, mucho menos para atender otras necesidades básicas. Sin embargo, el pueblo trabajador tiene que darse cuenta bajo el modelo económico neoliberal, la expresión más brutal del capitalismo, que prevalece en México, no van a ser resueltas a fondo los problemas y carencias que lo azotan, incluso pierde, si luchar por mejores salarios, pues en caso de llegar a obtener aumentos salariales, la inflación se come lo ganado o el gobierno se los quita a través de los impuestos.
Si esto ocurre cuando un trabajador lucha por el derecho a un salario digno, le debe quedar claro que de nada ha servido, ni servirá, lo que no es producto de su lucha como los aumentos históricos al salario mínimo que tanto presume el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario anunció el pasado primero de diciembre un nuevo aumento al salario mínimo, ahora del 20 por ciento para 2023. Elevar el salario mínimo ha sido una de las principales políticas laborales de López Obrador, quien ha argumentado que, desde su primer año completo de gobierno, en 2019, y hasta 2022, ha crecido un 62 por ciento en términos reales y en la frontera con Estados Unidos ha subido el doble.
En términos reales, los trabajadores recibirán un poco más de mil pesos al mes (1,037). A inicios del próximo año, el salario ahora será de seis mil 223 pesos mensuales, cifra que nada tiene que ver con los más de 11 mil 500 pesos que se necesitan para adquirir los productos de la canasta básica. Bajo estas circunstancias, la canasta básica seguirá siendo inalcanzable por pobreza laboral.
Nuestro país, está gobernado por un demagogo y todos los días le dice mentiras al pueblo, y esto le impide darse cuenta de su realidad, con lo cual retrasa la tarea que la historia le tiene asignada a la clase trabajadora de tomar en sus manos las riendas del poder de la nación y desde allí impulsar un nuevo rumbo económico en nuestra patria en beneficio de todos.
A estas alturas, es evidente que a la administración federal de Andrés Manuel López Obrador no le interesa el desarrollo económico del país, ni la elevación de los niveles de vida de la población. A Morena únicamente le importan sus planes de perpetuarse en el poder para seguir viviendo a costa del pueblo mexicano.
La salida está en que los obreros se organicen, cobren conciencia de que son ellos los que producen la riqueza directamente con sus manos. Deben tener conciencia de su fuerza, de su importancia, tienen que saber que esa fuerza sólo la pueden hacer sentir y valer si se organizan, pero se tienen que organizar con claridad científica, para tener claro el por qué se organizan, qué cosa quieren, qué se proponen hacer y cómo se proponen lograrlo.
Los trabajadores del campo y la ciudad necesitan una teoría revolucionaria que les señale el camino para que reclamen sin titubeos lo que por derecho les corresponde como un salario que alcance para vivir dignamente. Solo así, se podrán afrontar exitosamente problemas gigantescos. A eso los invita, la organización de los pobres de México, el Movimiento Antorchista Nacional.
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