Estimadas y estimados lectores, me gustaría escribir cosas más agradables pero la realidad es terca y difícil de ocultar, pero lo que más la agrava es la presencia de un mal gobierno que se hace pasar por bueno ante mucha gente que se deja engañar. En 2006, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se quejó amargamente de que le habían arrebatado el triunfo en las elecciones de ese año, de las que resultó ganador Felipe Calderón Hinojosa, a quien llamó “presidente espurio” sin prever que ahora cuando sí es un “presidente legítimo”, sus resultados son peores que los del panista. Por ello debe serle muy frustrante que aún el más breve recuento de los hechos y las cuentas de ambos favorezca a Calderón y no a él. Debo aclarar que esta comparación es plenamente objetiva y que me apoyo en textos críticos previamente publicados en esta revista.
En materia de la política de seguridad, primer asunto que abordaré, hay que recordar que Calderón le declaró la guerra al crimen organizado y que AMLO, si no pactó con éste como muchos medios y analistas especializados insinúan, ha llevado a cabo una política a la que llamó “abrazos y no balazos” y cuyo resultado ha sido un fracaso rotundo. Los siguientes datos lo prueban, pues mientras que en el gobierno de Calderón el promedio mensual de homicidios dolosos fue de mil 269, en lo que va del sexenio de AMLO la media mensual es de dos mil 896, es decir, más del doble (mil 627). Además, en solo 42 meses se han registrado 121 mil 655 homicidios dolosos, cifra que superó los 120 mil 463 que hubo a lo largo de todo el sexenio de Felipe Calderón. En su IV Informe de Gobierno, Calderón llegó con una tasa de 22.5 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, mientras que la de AMLO fue de 28. Una política de seguridad fallida que la Guardia Nacional no ha resuelto a causa del debilitamiento de las policías estatales y municipales mediante el recorte de financiamiento al Fortaseg,
Una de las promesas que más contribuyó al triunfo electoral de este gobierno en 2018 fue la promesa de AMLO de liberar a México del azote de la corrupción y que con la recuperación y los ahorros logrados mediante su combate mejoraría significativamente la situación socioeconómica de los más pobres. Sin embargo, los resultados de ese “combate” están lejos de ser como los prometió el gobierno. Vamos a los datos: en el IV Informe de Gobierno de Calderón México ocupó el lugar 105 de 178 países evaluados en materia de anticorrupción, mientras que en el de AMLO se ubicó en el lugar 124 de 180 países evaluados, es decir su posición empeoró con más de cinco lugares. En lo que respecta a su autodefinición como “gobierno de los pobres” –derivada de la frase “por el bien de México, primero los pobres”– los resultados de Calderón son mejores que los de AMLO, pues en el IV Informe de éste había registrados 52 millones de habitantes en pobreza y en el mismo periodo del gobierno de AMLO hubo 55.7 millones, es decir, 3.7 millones más.
En materia económica, este gobierno es también un desastre (cifras desestacionalizadas). En los primeros cuatro años del gobierno de Calderón, la economía creció en promedio tres por ciento, a pesar de que en su periodo gubernamental se suscitó una de las crisis más violentas de los tiempos modernos: la de 2008. En los primeros cuatro años de gobierno, en cuyo ámbito temporal se dio la crisis sanitaria por el Covid-19 –similar a la de 2008, por su impacto en la economía– AMLO llegó con una tasa de crecimiento negativo del 2.1 por ciento. Hay que aclarar, asimismo, que antes de la emergencia sanitaria la tasa de crecimiento económico había sido del uno por ciento; es decir, la crisis sanitaria solo empeoró los problemas económicos que desde 2019 venía provocando el desastroso gobierno de Morena.
En la época de Calderón el Producto Interno Bruto (PIB) llegó a 1.2 billones de dólares y en 2021, a dos años de la administración de AMLO, se ubicó en un billón 175 mil 319 millones de dólares[1], cifra menor a la del cierre de la del Presidente panista. En relación con las políticas de control de la inflación, en los primeros cuatro años del gobierno de Calderón el promedio anual fue del 4.6 por ciento y en el mismo lapso del de AMLO la tasa inflacionaria alcanzó la cifra récord de 5.5 por ciento. Otro indicador que evidencia la fortaleza de la economía es el tipo de cambio peso-dólar. En los primeros cuatro años de Calderón, el precio-promedio del dólar fue de 12.02 pesos, mientras que en el de AMLO ha andado en 20.3 pesos, es decir la moneda estadounidense es ocho pesos más cara que con Calderón, lo que ha repercutido en el costo de los productos de consumo básico de los mexicanos, en particular de los alimentos, la mayoría de los cuales importamos en dólares.
Si hablamos de la deuda pública como porcentaje del PIB en promedio, vemos que en el IV Informe de Gobierno de Calderón llegó a equivaler al 25.7 por ciento y con AMLO ha llegado al 48.7 por ciento, casi al doble que la de Calderón. El precio de la gasolina, que en sus discursos de campaña dijo AMLO que sería de 10 pesos el litro, ha sido evidenciado como una promesa demagógica para obtener votos que la realidad ha ubicado a más del doble. Al cierre del gobierno de Calderón, la gasolina Magna, la más usada, costaba 10.81 pesos por litro. En diciembre de 2022 el precio de ese mismo combustible está en 21 pesos en promedio. Con base en estos indicadores contundentes puede concluirse que el fantasma de Calderón persigue al actual inquilino de Palacio Nacional y como no lo deja dormir lo acusa de haberle dejado un cochinero que su gobierno no ha logrado superar. Sin embargo, como lo prueban las cifras citadas, el gobierno de Calderón tuvo mejores cifras que las actuales y el suyo ha sido el peor de los gobiernos neoliberales.
Por todo esto es necesario que el pueblo de México tome consciencia de la realidad y se percate de que este gobierno es una tragedia para México y que su continuidad lo hundiría aún más, lejos de mejorarlo. Por lo mismo, compañeros y amigos, los invito a que en estas fechas reflexionemos y nos demos cuenta de que la democracia mexicana está en riesgo, que los actuales gobernantes quieren destruir al Instituto Nacional Electoral (INE) para mantenerse en el poder y que con su voto en 2024 pueden evitar que esto ocurra con base en asumir su propia libertad. Hasta ahora el pueblo vota y deja el poder en manos de unos cuantos que son los que toman las decisiones en su nombre, pero el pueblo siempre queda relegado a segundo plano. Es hora de que el pueblo impida que los gobernantes hagan y deshagan a su antojo; que el pueblo de México tome en sus manos el poder político y construya una sociedad que distribuya mejor la riqueza nacional.
Podemos ver en China el ejemplo de un socialismo que saca a la gente de la pobreza y que en México, en cambio, la sociedad capitalista con un gobierno como el de Morena, lejos de que la gente salga de la pobreza mediante la entrega de dinero en efectivo, hay más pobreza y mayor enriquecimiento en las clases ricas. ¿Cuál es la diferencia con el pasado? ¿Que estábamos mejor cuando estábamos peor; es decir, cuando estaba Calderón y no gobernaba AMLO?
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