El Movimiento Antorchista anunció, desde hace algunos meses, su próximo evento deportivo, la XXI Espartaqueada Deportiva Nacional, que realiza cada dos años en el municipio de Tecomatlán, un pueblo que se localiza en la parte suroeste del estado de Puebla. Este municipio tiene una historia particularmente interesante, pues era de las localidades más olvidades de uno de los estados donde la pobreza y la desigualdad han mostrado a sus habitantes la cara más oscura y cruda de este sistema económico en que vivimos.
Iniciaré diciendo que este tipo de eventos son anunciados como se merecen por nuestra organización por tres elementos primordiales que mencionaré a continuación. En primer lugar, está el lugar en que se inició esta lucha y cuya sede es el origen de estos eventos y muchos otros que realiza y organiza la única organización social que ha logrado resistir tempestades, calumnias y cambios medulares de la política social en nuestro país.
Tecomatlán era un municipio que estaba sumido en la miseria y en el atraso en todos los aspectos: económico, de servicios públicos, académico, político, de infraestructura. Estaban dominados por los caciques del pueblo, quienes tenían el control político y económico, acaparaban todos los productos agrícolas y no dejaban a los tecomatecos ninguna opción más que vivir mísera e injustamente atados a esa forma de vivir.
Pero posteriormente, con la llegada del Movimiento Antorchista, este municipio ha sido reconocido a nivel internacional por su desarrollo en los aspectos que carecía anteriormente y más todavía. Pues la cultura educativa que tiene sus habitantes ha logrado que en el municipio no exista cárcel alguna, ya que, al vivir perfectamente bien sus habitantes, al no carecer de infraestructura de ningún tipo, al contar con todos los niveles de estudio y por el trabajo colectivo que se incentiva, no existe la necesidad de delinquir ni el deseo de hacer el mal a nadie. Es la “Atenas de la Mixteca” por los altos niveles de desarrollo que presenta y la buena calidad de vida que da a sus habitantes.
En segundo lugar, está la organización que logró estas grandes hazañas y que organiza el evento que esta vez ocupa estas líneas. El Movimiento Antorchista no tiene fecha exacta de nacimiento o creación, pero oficialmente reconocemos el año de 1974 cuando el Ing. Aquiles Córdova Morán, joven estudiante de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA), después de encabezar una organización de estudiantes en defensa de una universidad nacionalista cuya bandera fuera el apoyo incondicional al campesino y el campo de nuestra nación, y cuyo triunfo fue lograr en la cámara de diputados se apoyara la ley orgánica de la Universidad Autónoma de Chapingo, en el Diario Oficial de la Federación el mismo año, junto con otros 30 jóvenes encabezados por este gran hombre, al detectar los problemas que exponían los representantes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), llegaron a la conclusión de crear un movimiento político nacional que correspondiera a la situación de miseria y necesidad nacionales.
De esta forma crearon la única organización que se preocuparía y ocuparía de luchar hasta el cansancio por cambiar de raíz las condiciones que mantenían a los campesinos, en un principio, pero después como es ahora, a los obreros, estudiantes, comerciantes y al pueblo mexicano en general, en un ambiente de injusticia, miseria y hambre. Pero para lograr esto era necesario entrarle a todos los frentes y disciplinas de la sociedad: la educación, el deporte, la cultura, la economía, la política. Por eso mismo, al dedicar nuestros esfuerzos por encabezar la educación y organización de los mexicanos por cambiar sus condiciones inmediatas y mediatas de vida, luchamos en todos los frentes, incluido por supuesto el deportivo como arma transformadora.
Y finalmente está, por supuesto, el evento en sí mismo que, al igual que el carácter de nuestra organización, es el único en su clase por tres cosas: a) el evento va dirigido al pueblo de un país que se cae a pedazos, no solo hay pobreza material que se traduce en bajos salarios, menor capacidad adquisitiva, desempleo, nulas obras y servicios para el pueblo, menor acceso a servicios de salud, educativos, sino también una pobreza ideológica, mayor corrupción, educación deplorable o nula, maldad, desmoralización, acoso, alevosía y ventaja; b) el acceso para ese pueblo al lugar del evento es totalmente gratuito, pues la organización, ejecución y control del evento está a cargo del Movimiento Antorchista Nacional, sin nadie más que los apoye ni financie; y c) los deportistas no reciben nada a cambio más que la potencialización de emociones por participar de forma sana y representar a su estado en contiendas totalmente sanas.
A diferencia de otros eventos nacionales e internacionales deportivos que tienen presencia en todos los medios de prensa impresos y digitales, este evento no tiene fines lucrativos, ni es por ganancias económicas, ni por asomo se asemejan a los eventos que realiza esta sociedad cuyo fin no es el de la superación del hombre, no es el de la educación ni por incentivar el compañerismo y sana competencia.
Las Espartaqueadas antorchistas tienen como fin la formación de un hombre íntegro, sano física y mentalmente, con espíritu revolucionario. Todo por lograr un cambio revolucionario en nuestro país, el Movimiento Antorchista seguirá defendiendo y realizando este tipo de eventos nacionales. Le pese a quien le pese, le duela a quien le duela, nuestros fines son auténticos y únicos.
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