Prólogo

Los compañeros Aquiles Córdova Morán, secretario general de nuestra organización, y Tomás Martínez Roldán, periodista de profesión, durante el presente año han venido dando la batalla ideológica y teórica en la defensa y apuntalamiento de nuestros principios y motivos de lucha organizada, publicando para ello un artículo cada semana en la revista Momento y en el periódico Cambio respectivamente. Tomás últimamente ha publicado su artículo también en el diario La Voz (todas estas son publicaciones poblanas).

Tal vez has leído ya uno o varios artículos de los compañeros y has experimentado, al igual que yo, la misma impresión de ánimo, de lucha, de aliento que de los mismos se desprende, porque cada uno de ellos es una enseñanza, una reflexión profunda o una oportunidad de defensa de la organización de los parias de la ciudad y del campo. 
Sin embargo, en conjunto, esos mismos artículos se convierten en algo superior, puesto que nos permiten apreciar de un modo global la línea política e ideológica en que se sustenta nuestra lucha. 

Ahora bien, la Comisión de Publicaciones quiere dejar claro que la idea de publicar dichos artículos en forma de libro nació no sólo del valor intrínseco de los mismos ni mucho menos de sus méritos literarios. Todos los antorchistas debemos tener presente que Aquiles y Tomás, definitivamente, no están escribiendo para demostrar sus dotes literarias; ellos están utilizando las tribunas antes mencionadas para la lucha, para el combate, para educar y cohesionar de una manera revolucionaria al pueblo, columna vertebral de nuestra Organización. Cada artículo está meditado, pues, para que la gente sencilla aprenda a interpretar claramente, desde el punto de vista de las clases trabajadoras, aún las cuestiones más complicadas del acontecer político nacional e internacional. ¡He aquí el gran mérito del trabajo de los compañeros! 

A nosotros los antorchistas nos compete, por consecuencia, estudiar con compromiso auténtico cada uno de los materiales que contiene el presente volumen, aprovechar a conciencia las enseñanzas en ellos contenidas, para poder avanzar en nuestra propia educación y definición políticas. No debemos olvidar nunca que un dirigente, por muy audaz, inteligente y abnegado que sea, si no cuenta con una preparación teórica sólida, será rebasado por el movimiento irremediablemente y llevará a las masas, tarde o temprano, a un precipicio o a un callejón sin salida. Entrémosle, pues, de frente al problema. 
Estudiemos como si de ello dependiera nuestra existencia. No permitamos que nuestros enemigos nos ridiculicen por no saber argumentar científicamente una polémica, o que mañana el pueblo nos reclame su derrota por no haber realizado el suficiente esfuerzo intelectual que asegurase su futuro histórico.

Juan Manuel Celis Aguirre