Por adelantado se ha dicho que en México pasaremos de la austeridad republicana a la pobreza franciscana, nadie tiene claro qué implica ello y aunque se habla de que crecerán los ingresos de los estados y municipios, lo cierto es que dependerá de la capacidad recaudatoria de los mismos, por tanto, estamos ante una ilusión, algo muy difícil de materializar.
Las proyecciones para Zacatecas pintan bastante complejas, pues, a pesar de las reiteradas visitas efectuadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador con la promesa de apoyar a este estado, la realidad demuestra otra cosa, y considerando que el jefe del Ejecutivo se caracteriza por ser mitómano y vivir en un mundo irreal, donde pretende que con una afirmación personal basta y sobra para resolver problemas o cambiar la realidad.
La apuesta de siempre es acuñar frases pegajosas o rentables políticamente con las que difícilmente alguien pudiera estar en desacuerdo; así surgieron expresiones como: “las escaleras se barren de arriba para abajo”, “no somos iguales”, “ya no es como antes”, y la máxima aquella de “por el bien de todos primero los pobres”, así que nadie, en su sano juicio, podría estar en desacuerdo con tales aseveraciones, pero quedan solo en palabrería hueca. Así mismo queda la promesa de ayudar presupuestalmente a nuestro estado y logísticamente tampoco hay el respaldo necesario para enfrentar la terrible crisis de inseguridad que estamos sufriendo.
Pero a efecto de no caer en aseveraciones temerarias creo que conviene traer a cuentas elementos concretos e irrefutables, mostrando la validez de aquella frase de “cariño que no se refleja en el presupuesto no es tal”. Veamos
El primero de ellos aconteció en los primeros años de la administración federal, amparado en el combate a la corrupción a propuesta del Ejecutivo el Senado de la República eliminó el Fondo Minero, quitando recursos que se empleaban para obras importantes como: domos, carreteras y espacios educativos, sirva de ejemplo recordar las declaraciones del exgobernador Alejandro Tello, aparecidas en el diario La Jornada del sábado 26 de octubre de 2019 en la página 28: “el estado perderá 700 millones de pesos de presupuesto anual el próximo año al desaparecer el fondo minero, este impuesto federal que desde 2014 y hasta 2018 se repartía exclusivamente entre los 600 municipios del país y entidades con actividad minera”. Estamos hablando de la pérdida de 700 millones, lo que en cuatro años representa algo así como 2800 millones de pesos que hubiesen permitido reparar o construir más de 1000 km de carreteras o bien construir unos 2000 domos escolares, esta medida es un auténtico agravio para un estado con tantas necesidades.
Pero, Ítem más. En el PEF 2023, se margina a Zacatecas, junto con otros 18 Estados, de los recursos para carreteras y aunque se prometió asignar presupuesto para la Presa Milpillas, tampoco tiene asignación alguna. Sobre ello dio cuenta la prensa, en la nota aparecida en El Sol de Zacatecas y escrita por Raúl García: Carreteras y presa Milpillas en Zacatecas quedarían fuera del PEF. El Gobierno federal no los contempla en el Proyecto de Presupuesto de Egresos para 2023. Es de cero el monto asignado en todos los proyectos de inversión que aparecen en la cartera de programas y proyectos, correspondientes al apartado de comunicaciones y transportes. Aunque el gobernador David Monreal Ávila, ha anunciado que será el año de la infraestructura, pareciera que no contará con el respaldo del Presidente en tal travesía.
Difícil panorama el que nos augura, una vez más comprobamos que los dichos distan de la realidad y que se castiga a nuestro estado sin razón alguna, se priorizan obras elegidas caprichosamente por el jefe del Ejecutivo, como el Tren Maya o la refinería Dos Bocas, pero se dejan fuera acciones tan apremiantes como rehabilitar caminos o construir carreteras en estos tiempos donde resultan tan indispensables para enfrentar las crisis financieras y de seguridad.
¿Qué hay detrás de esa política contra nuestro estado?, ¿Es la respuesta a las aspiraciones presidenciales del senador Monreal?, ¿El agua o las carreteras no benefician a los pobres?, ¿Los pobres dejaron de ser prioridad de AMLO?, imposible saber la respuesta, pero la interpretación da lugar a la condena, siendo ya larga la lista de agravios contra los zacatecanos, por tanto es hora ya de abrir los ojos y no creer la demagogia discursiva del presidente Andrés Manuel López Obrador.
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