“El defensor de los pobres”: así le llamaba el pueblo, porque a los 22 años estableció una defensoría jurídica en el pueblo de Tula, donde había realizado sus estudios, enseñado y dirigido por otro gran precursor de la educación para el pueblo trabajador de Tamaulipas, el profesor Manuel Villasana Ortiz.
El ilustre maestro era el director en el mismo poblado de la Escuela Superior de Varones “Benito Juárez”, donde el niño Alberto cursó primero su educación primaria. Luego fue preparado por el propio Villasana para que se incorporara como profesor de primeras letras a la institución, y finalmente fue comisionado al pueblo de Miquihuana el 20 de septiembre de 1907, como director de la Escuela Oficial Urbana de Varones.
Alberto Carrera convocaba por la tarde a los campesinos y les enseñaba a leer; estos le informaban de los atropellos que sufrían y pedían su apoyo. Entonces los invitaba a organizarse y luchar.
Tenía escasos veinte años, pues había nacido el 23 de abril de 1887 en el paraje “Atarjeas” del municipio de Bustamante. Sus padres lo llevaron a Tula a estudiar. Allí su maestro no sólo le enseñó la profesión del magisterio, sino que lo inició en la tarea de enseñar también al campesino, al artesano, al pueblo trabajador a conocer sus derechos y a organizarse para defenderlos.
Se podría decir que estuvo de acuerdo con el precursor de la “Escuela Rural Mexicana”, el maestro veracruzano Rafael Ramírez Castañeda, con su planteamiento de que el profesor debe ser procurador de pueblos, líder del lugar, promotor del cambio revolucionario, gestor de sus reivindicaciones agrarias y políticas. Pero Alberto Carrera Torres fue más allá.
El maestro Villasana era miembro del Partido Liberal Mexicano (PLM) y estudiaba con Alberto y otros el órgano de difusión de sus ideas, el periódico Regeneración, a través del cual los hermanos Flores Magón denunciaban la situación de opresión reinante en el país y llamaban al derrocamiento del general Porfirio Díaz. A partir de 1905, Alberto Carrera Torres se afilia al PLM.
En su estancia en Miquihuana, después de atender por las mañanas a los niños, por la tarde convocaba a los campesinos y les enseñaba a leer; estos le informaban de los atropellos que padecían y pedían su apoyo. Entonces los invitaba a organizarse y luchar por mejorar su situación, primero preparándose, segundo denunciando los atropellos y exigiendo solución a las autoridades. Así fue como el joven profesor y el grupo formado denunciaron y solicitaron por escrito al gobierno su intervención.
El Gobierno respondió destituyéndolo y, sabedor de su labor de educación y organización del campesinado en contra del Gobierno de Porfirio Díaz, lo tomó preso en el poblado y lo condujo a Tula. Temiendo que lo asesinaran con la aplicación de la “Ley Fuga”, tan socorrida por el porfiriato, los campesinos se organizaron y lo acompañaron hasta la población de Tula, evitando así que aplicaran dicha ley.
Podemos ver aquí: primero, los frutos del trabajo organizativo del profesor, que da un gran paso, un paso definitivo en su formación como individuo, pues se convierte en un individuo-social, es decir, da el gran salto, comprendiendo por sus estudios la formación que recibía del profesor Villasana, y el hecho de ser ahora compañeros de un idea como militante del PLM: su tarea de luchar con su pueblo.
Se ha convertido entonces en un luchador social, un activista, un hombre de su tiempo, consagrado a lograr a través de la lucha con el pueblo la felicidad del mismo. Y segundo, la solidaridad del pueblo, de los campesinos quienes, de esta manera, guiados por el grupo organizado por el profesor, tomaron medidas, protegieron y cuidaron a su maestro y defensor en el trayecto a Tula, donde por la intervención y exigencia organizada de Villasana y sus compañeros, fue liberado.
Consciente por todos estos sucesos de la necesidad de aumentar su preparación, estudió de manera autodidacta derecho y estableció su defensoría jurídica.
Sin embargo, su avance en el estudio político y los problemas que enfrentó al tratar los asuntos que le presentaban quienes se acercaban a pedirle consejo, o que los representara ante los juzgados, así como el enterarse de que querían privarlo nuevamente de su libertad, lo llevaron a analizar y discutir con sus compañeros, decidiendo pasar a acciones más concretas en la lucha.
Está de acuerdo con Flores Magón, quien sostiene que la lucha no debe ser sólo por el sufragio efectivo y la no reelección. La gente debe tener claro que la libertad política sin la igualdad económica no existe, es una mentira. Y que solo la lucha por el poder puede lograrla, por lo que formó el “Ejército Libertador de Tamaulipas”.
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