Todo mundo tiene la noción de que las actividades culturales son importantes para la sociedad. Así lo dice el sentido común, ¿verdad?, pero también eso refleja la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020, realizada por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM en la que es ve la percepción que tienen los mexicanos acerca de las actividades culturales.
A la pregunta de ¿qué tan importantes crees que son las actividades culturales para la sociedad?, la mayoría de los encuestados respondieron que “muy importantes”; los que menos, los que están en edad de primaria, respondieron así el 66.7 por ciento, mientras que los de 50 años en adelante confirmaron el 94.5 por ciento (más sabe el diablo por viejo, dice el dicho). La mayoría nutre sus inquietudes culturales informándose, por si había duda, en las redes sociales (100 por ciento los niños de Primaria y 84 por ciento los mayores de 50 años).
A la pregunta de ¿Cuáles eran las tres principales actividades culturales que preferías realizar antes de la pandemia durante tu tiempo libre?, el porcentaje más alto, fue de 33 por ciento para primaria y 66 para secundaria, lo tiene “ir al cine”, y todas las demás opciones, que son ir a presentaciones de teatro, presentaciones de danza, librerías, museos, conciertos, tienen porcentajes simbólicos.
Y a la pregunta de ¿Con qué frecuencia practicabas alguna de las siguientes actividades (cantar, tocar un instrumento, bailar, artes visuales,) antes de que comenzara el confinamiento por la covid-19?, los porcentajes mayores los tiene la opción de “nada”, que van desde el 33 hasta el 78 por ciento.
Pero, de entre todos los datos de la encuesta, que desde su origen tiene el gran defecto de investigar las actividades culturales solamente como consumo, no es este el más preocupante, desde mi punto de vista, sino que demuestra que los mexicanos, que somos un pueblo de artistas por tradición, estamos cada vez más alejados de la verdadera cultura, que es, no el disfrute como consumidores y espectadores pasivos, sino el verdadero disfrute de la práctica, de la ejecución de las actividades culturales.
Esto no es un accidente, ni es el destino fatal o la muestra y resultado de la inferioridad o poca disposición del pueblo para las artes y la cultura, que sería, como algunos piensan, actividades exclusivamente destinadas a los elegidos, que serían unos cuantos que, por ello, tienen derecho a tratos de superhombres y, por supuesto, a vivir de ello con jugosas y en algunos casos exorbitantes remuneraciones.
No es casualidad, tampoco, por ejemplo, que una nación como Cuba, con poco menos del 9 por ciento de la población de México, sea una verdadera potencia cultural, tenga la única escuela reconocida de danza clásica en Latinoamérica y represente orgullosamente el ejemplo vivo y digno de que el pueblo también puede ser, si se le dan las condiciones para desarrollarlo, un artista de primer nivel, para el disfrute de la práctica y ejecución de las actividades artísticas y culturales. El secreto es que, para el pueblo cubano y su gobierno, la cultura es un asunto de salud pública y todos los instrumentos del estado se destinan, entre otras cosas para hacer que su pueblo tenga acceso a la cultura así, como práctica cotidiana y al alcance de todos.
Pero no es cierto que los mexicanos no podamos hacerlo, lo que hace falta es tomar al toro por los cuernos y hacer que, igualmente, sea un asunto de salud pública y todos los instrumentos del estado se destinan, entre otras cosas para hacer que su pueblo tenga acceso a la práctica y ejecución de la cultura en sus diferentes formas.
Por eso el Movimiento Antorchista, en la medida en que sus fuerzas reales se lo permiten en cada lugar donde hacemos trabajo, tiene como objetivo fundamental promover el arte y la cultura, además del estudio y el deporte, entre las masas populares, en los pueblos marginados, en las colonias populares. Ya se ha visto que en los lugares en donde hemos accedido al poder, con los instrumentos de este, se pueden realizar verdaderas proezas con la cultura entre las masas, para hacerlas no solo más capaces, sino también más felices y dispuestas a buscar esa misma felicidad para sus hermanos del pueblo.
Por ello saludo con entusiasmo los intentos de la actividad cultural de los antorchistas en todo el país y en particular la labor que realizan, a puro pulmón y con carencias extremas, los albergues culturales que Antorcha promueve en Campeche: El Albergue Cultural “Dr. Héctor Pérez Martínez del municipio de Campeche, el “Profesor Humberto Vidal Mendoza” en Champotón, y el “Manuel Crescencio García Rejón y Alcalá” en Hopelchén, que siguen trabajando contra viento y marea y que siguen solicitando el apoyo institucional para poder segur y ampliar su importante labor en el seno del pueblo pobre de México.
Con no menos entusiasmo saludo la próxima Espartaqueada Cultural Nacional 2022, que normalmente se realiza de manera presencial cada dos años en la Atenas de la Mixteca, Tecomatlán, estado de Puebla, cuna del Movimiento Antorchista Nacional, con la participación de miles de artistas de todos los estados y de todas las edades, que, debido a la situación de pandemia que vivimos aún, se transmitirá de manera virtual del sábado 2 al sábado 9 de abril, a las 8 de la noche, a través de la página oficial de Facebook de la organización.
La espartaqueada durará ocho días en los que se presentarán muestras de danza y baile, poesía, música, teatro y pintura ejecutados por los grupos culturales de los diferentes regionales políticos del Movimiento Antorchista, que son, tofos, formados por hijos del pueblo pobre de México, que de este modo demuestra, como la hace el heroico pueblo cubano, que la cultura puede ser y tendrá que ser para todos.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario