¿Por qué es tan importante el 9 de mayo en Rusia? Este día se conmemora el aniversario de la Victoria del Ejército Rojo de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), cuando se rindió la ciudad de Berlín en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
Pero, ¿qué ocurrió en 1945 para que esta celebración sea tan significativa? Para entenderlo, hagamos un recorrido histórico.
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto que se desarrolló desde el 1 de septiembre de 1939, con la invasión de Alemania del régimen nazi de Adolf Hitler, quien llegó al poder en 1933 después de unas elecciones totalmente democráticas, hasta el 2 de septiembre de 1945, con la firma de la rendición incondicional de Japón en la bahía de Tokio a bordo del USS Missouri.
Berlín se rindió el 9 de mayo, dos días después del suicidio de Hitler. La rendición final fue firmada por el mariscal de campo alemán Wilhelm Keitel ante el mariscal ruso Gueorgui Zhúkov.
El ministro de asuntos exteriores japonés, Mamoru Shigemitsu, firmó la rendición total frente a los representantes de las naciones aliadas de China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
En este conflicto bélico, se enfrentaron nuevamente las principales potencias imperialistas de la época, en busca de un nuevo reparto del mundo. Se formaron los bandos aliados y del Eje.
En el bando aliado, liderado por la Unión Soviética, el Reino Unido y Francia, se unieron las resistencias de países ocupados como Polonia, Hungría, Yugoslavia, Francia, Bélgica, Holanda, entre otros.
Mientras tanto, las potencias del Eje incluían a Alemania, Italia y Japón, todas con ambiciones expansionistas en sus respectivas zonas de influencia.
Como en todas las guerras, esta fue una lucha por el control de recursos naturales principalmente, pero también hubo otras causas como el racismo y el antisemitismo; el odio del hombre se liberó en la guerra.
Durante los primeros años del conflicto, la Wehrmacht (ejército alemán) logró importantes victorias ocupando las capitales de Europa: París, Varsovia, Oslo, Copenhague, Ámsterdam y Bruselas.
Por otro lado, Japón intensificaba su ocupación en la región de Manchuria, al norte de China, y se lanzaba a conquistar las colonias francesas, inglesas y holandesas en el Pacífico.
Sin embargo, esto despertaría al gigante hasta entonces dormido con el ataque a la base naval de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, provocando la entrada de Estados Unidos en la guerra.
Por su parte, Hitler lanzó la Operación Barbarroja el 22 de junio de 1941 para invadir la Unión Soviética, una ofensiva que se prolongaría hasta diciembre de ese mismo año, pero que no lograría doblegar al oso.
Los principales combates de la guerra se llevaron a cabo en territorio ruso, las batallas más costosas en la historia de la humanidad y que marcaron el destino de la especie sucedieron aquí.
Las principales fueron la Batalla de Stalingrado, de octubre a febrero, en la que murieron alrededor de un millón de personas entre militares y civiles rusos.
La ofensiva para capturar Moscú se vería detenida por las fuerzas del Ejército Rojo, que trasladaron su esfuerzo de guerra a los Montes Urales; las fábricas que antes producían tractores ahora producían tanques y municiones.
Además, lograron resistir con éxito el asedio alemán a la ciudad de Leningrado, hoy San Petersburgo, donde perdieron la vida otros 800 mil rusos.
Con estas victorias, el Ejército Rojo pasó a la ofensiva y el ejército alemán fue empujado de vuelta a su país. Las batallas decisivas fueron en Kursk, donde se enfrentaron unos 3 mil 500 tanques T-34 rusos contra unos 3 mil 400 tanques Tigre alemanes; la mayor batalla de tanques en la historia de la humanidad, y en la liberación de la ciudad industrial de Sebastopol.
Para el verano de 1944, con la ofensiva en las llanuras de Bielorrusia, los rusos empujaban las líneas del frente hacia adelante, un avance que culminaría en la batalla por Berlín.
El 17 de abril de 1945, los rusos iniciaron la última ofensiva para capturar Berlín, defendida por los últimos civiles, militares y miembros de las SS.
La ciudad se rindió el 9 de mayo, dos días después del suicidio de Hitler. La rendición final fue firmada por el mariscal de campo alemán Wilhelm Keitel ante el mariscal ruso Gueorgui Zhúkov.
Es aquí donde podemos afirmar que la Unión Soviética ganó la Segunda Guerra Mundial, aunque perdió cerca de 22 millones de personas de su población total, resistió el embate del 80 % de las fuerzas de Alemania y sufrió las batallas más costosas de la historia de la humanidad.
A Rusia le debemos haber derrotado al mayor régimen de terror del mundo, el fascismo y el nazismo. Es por eso que debemos volver a mirar hacia Rusia, que una vez más está defendiendo a la humanidad en Ucrania contra un nuevo embate de la OTAN y Occidente. También debemos ser más críticos con los regímenes occidentales.
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