Durante el tercer año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, hubo menos transparencia en las instituciones del gobierno mexicano a comparación de 2019; según el estudio del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), correspondiente a la tercera edición de la Métrica de Gobierno Abierto.
De acuerdo a la escala realizada por el índice de Gobierno Abierto, en donde el 0 representa un gobierno opaco, sin apertura, y el 1 a un gobierno con total transparencia y apertura; México bajó de 0.52 a 0.48. Lo anterior significa que instituciones gubernamentales a nivel federal y local, son menos transparentes; además de que persisten los obstáculos para la participación ciudadana.
“Uno de los grandes retos del sistema de transparencia es poner al centro a las y los ciudadanos. De igual forma, en la dimensión de participación, se encontraron procesos poco claros y que usualmente no llevaron a ninguna incidencia ciudadana significativa en el actuar gubernamental. Esto se debe a que muchos sujetos obligados aún no están acostumbrados a considerar a la ciudadanía como un actor que puede y debe participar en sus procedimientos”, señala el documento.
El académico del CIDE, Guillermo Cejudo Ramírez, afirma que “una persona que busca participar en sus gobiernos enfrenta una carrera de obstáculos, si bien es probable, pues 95% de los sujetos obligados tienen algún método de contacto que encuentre una forma de poder participar, un teléfono, un correo, un buzón, solo 58% de los obligados responderá a esos estímulos. Sin embargo, cuando alguien toca la puerta, llama al teléfono, manda un correo, 40% de las veces no recibirá una respuesta, esto es un enorme desestímulo y desincentivo a la participación”.
Es decir, que para el ciudadano aún es difícil hacer efectivo su derecho de acceso a la información pública.
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